Hablan los vecinos de Ciudad Oculta

F.L.

El mismo día del acto del PO, el pasado 5, grupos de vecinos, en su mayoría jóvenes, enfrentaron a la policía durante 5 horas y terminaron destrozando la comisaría 42.

 

El enfrentamiento se desata después de que la policía encuentra muerto a un presunto ladrón que huyendo entró al barrio, trás un intento de asalto.

 

Los vecinos de Ciudad Oculta cuentan para Prensa Obrera que la reacción se desata porque “la policía actúa prepotente contra gente inocente. Estamos todos bajo sospecha a pesar de que la mayoría somos trabajadores, aunque a veces no lo conseguimos”. Un grupo de amas de casa nos dice que presenciaron todo lo sucedido desde un comienzo, cuentan que “en realidad, la bronca estalló cuando ante la vista de todos trataban al muerto como si fuese una bolsa de papas, lo zamarreaban sin ningún respeto, incluso un policía en moto le pisó la cabeza. Esto nos indignó”. Otro compañero opinó que en realidad “verduguean al muerto para intimidarnos a todos y eso te llena de bronca”. Otros compañeros cuentan que tampoco se vieron bombas caseras como dicen algunos diarios y sospechan que se difundieron este tipo de versiones como un mensaje hacia afuera, “para justificar que nos pongan un helicóptero en la cara y entren con tanquetas porque somos un barrio peligroso”.

 

En definitiva, lo que expresan los compañeros es el cansancio del maltrato que reciben de parte de la policía. Siempre se mantiene una situación tensa para justificar la “militarización de la zona”, para justificar las razzias indiscriminadas. Son más perseguidos los trabajadores de Oculta que los lavadores de narco-dólares. La reacción contra la policía se gesta como una respuesta a la falta de una salida a no tener trabajo, a los salarios de miseria, a la falta de los títulos de propiedad para asegurar el techo.

 

De un hecho policial se pasa a un levantamiento popular. Es necesario, para evitar atropellos, que el barrio discuta algún tipo de organización para que la policía actúe supervisada por los vecinos y no con la prepotencia que le venga en ganas.