La lucha por los planes: ¿Una más? Y van…

En la semana del 21 de octubre el gobierno se despachó con la caída de más de 20.000 planes Jefas y Jefes en la ciudad de Córdoba (la mayoría eran del Consejo Consultivo Municipal), con el argumento de que no tenían carga familiar. Es cierto: nuestros compañeros (y el 99% de todos los demás) sólo tienen 8, 10 y, en algunos casos, hasta 14 chicos… apenas.


Está claro, hasta por lo ridículo del argumento, que el gobierno no está “saneando el sistema”. Los motivos reales de esta situación son miserables. Por un lado, el gobierno pretende cumplir con la exigencia del FMI de reducir a la mitad el “gasto social”, esto por parte de un gobierno que ha destinado miles de millones de las reservas del Banco Central al pago de la deuda externa y en beneficio de un puñado de capitalistas. Por otro lado, el intento permanente y por todas las vías de desarmar la lucha y la organización del movimiento piquetero, que es la pared con la que choca todo el tiempo este régimen podrido, que intenta reconstruirse y que necesita lograr esto para poder abrir la vía para la privatización de la “ayuda social” y en particular de los planes; convirtiendo a las ONG en “garantes” del cumplimiento de requisitos (contraprestación laboral) y lo jugoso: en grandes agencias de empleo que colocan trabajadores en las empresas por dos mangos, consagrando y universalizando una descomunal rebaja de salarios. En tercer lugar y no menos importante, muchas veces la caída de planes es el resultado de la podrida interna peronista, y nosotros quedamos en el medio, entre “cobros de facturas”, “mejicaneadas” y “manejo político de la ayuda social”.


Pero, justamente… la conciencia de esto ha calado hondo y la reacción no se hizo esperar: una multitudinaria movilización piquetera protagonizada por el Polo Obrero, los compañeros del Bloque –Casa del Pueblo y CTD– y Barrios de Pie mantuvo cortada durante varias horas la Av. Chacabuco (una de las más importantes arterias del centro), frente a la dependencia del Ministerio de Trabajo. El reclamo fue el pago inmediato a los 20.000. La cobertura por parte de los medios de prensa (TV, radios, diarios) fue impresionante. El director nacional de Empleo, en persona, pidió comunicarse con el dirigente del Polo Obrero para asegurar que el lunes o martes siguiente los compañeros iban a cobrar. Ya ese día se consiguió “levantar” una cantidad importante (los llamados PEL). Una gran asamblea resolvió darles plazo hasta el martes 29.


Y el martes 29 mostró dos realidades: por un lado, la incapacidad del Consejo Consultivo Municipal, debatiéndose entre recursos de amparo y la acción aislada de algunos de sus integrantes, que no han podido resolver hasta ahora la situación de varios miles de planes. Por el otro, la radicalización del movimiento piquetero. Ya no fue sólo marcha y corte total –esta vez frente al Ministerio de Producción de Córdoba, y sin la presencia de Barrios de Pie (que integra el Consejo Consultivo Municipal)–; con el correr de las horas, bajo la lluvia y al ver que no había resultado, los compañeros del Polo decidieron bloquear por completo la entrada y salida de personas y vehículos del edificio. Ya anocheciendo se marchó hasta el Ministerio nacional, a una reunión conjunta con autoridades nacionales y provinciales. A esa hora de la noche no había avances, los planes no aparecían. Una ruidosa y vibrante asamblea mostró el temple de esta organización: se llegó a plantear quedarse e impedir que los funcionarios pudieran salir. Las fuerzas a esa hora no eran las suficientes. Pero la asamblea pegó donde duele: estos piqueteros se volvían a los barrios, no a morir de hambre sino a preparar para el jueves 31 (en 24 hs) un acampe masivo en plena Chacabuco, con la totalidad del Bloque Piquetero.


El miércoles 30 fue entregada a una delegación la lista con casi la totalidad de los compañeros del Bloque “puestos al cobro”. Aparecieron de golpe, se habían perdido en otra provincia… Una vez más, por el método y por la convicción de que podemos: ¡victoria!


La manifestación por la jornada nacional del 7 de noviembre fue sencillamente descomunal. Se transformó en un masivo acampe de varias horas en pleno centro. El gobierno acusó el golpe. El Polo Obrero casi no ha registrado bajas en el siguiente cronograma del plan. Por el contrario, el Consejo Consultivo (y las organizaciones que lo integran) siguen enredados en un conflicto judicial (¡por 20.000 planes!) con el ministerio Camaño, que es expresión acabada del agotamiento de los consejos consultivos. Los compañeros que todavía los integran deberán hacer un balance y sacar las conclusiones.


Es cierto que el gobierno acusó el golpe de nuestras acciones, pero este movimiento piquetero es conciente de que debe acabar con él; ¡aún hasta para mantener los miserables planes! Pero no sólo por eso.


Todo este proceso ha templado aún más a la organización que se está preparando en Córdoba a una escala nunca vista (agitando, organizando rifas, festivales y campeonatos para conseguir los recursos necesarios y adoptando todas las medidas organizativas y de seguridad necesarias) para protagonizar en las jornadas del 19 y 20, la lucha por un nuevo Argentinazo y para imponer una Asamblea Constituyente con poder que reorganice este país en función del interés de las grandes masas.