Los gobiernos profundizan la deserción escolar

Hace unas semanas se volvieron virales los dichos “polémicos” de la ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña, donde decía que el gobierno nacional no larga las cifras sobre los pibes que se cayeron del sistema educativo y que “ya es muy tarde para salir a buscarlos; esos chicos seguramente ya están perdidos en un pasillo de una villa, ya cayeron en la actividad del narcotráfico o tuvieron que ponerse a trabajar”, una frase con la que no solo estigmatiza a los pibes de las villas y las barriadas, sino que también se lava las manos y trata de ocultar que es su gobierno el responsable de la miseria, la marginalidad y todas las penurias que vive la juventud.

La ministra porteña también hace referencia en varios tuits que el gobierno porteño logró recuperar el 98% de los pibes que perdieron contacto con los establecimientos educativos, una cifra muy alejada de la realidad. Según cifras del Ministerio de Educación de la Nación, 271.508 estudiantes se cayeron del sistema educativo, de los cuales 120 mil son de la provincia de Buenos Aires. El deterioro escolar se debe a la política de ajuste y precarización que aplica el gobierno en el sistema educativo, y la pandemia no hizo más que dejar expuesta esa política.

Durante dos años de pandemia, les pibes de las barriadas en todo el país se vieron obligados a permanecer en sus casas con sus familias, muchas ellas sin ingresos o con un ingreso mínimo que queda aún hoy muy por debajo de la canasta de indigencia, teniendo que cursar de forma virtual, sin recursos económicos y sin dispositivos para hacerlo, por lo que muchos debieron abandonar y salir a buscar changas en los barrios para ayudar a sus familias. Ante esto, las juventudes se organizaron para salir a las calles en grandes jornadas, como lo fueron el acampe en el Palacio Pizzurno o en la toma del Ministerio, con miles de pibes en las calles al grito de “Sin compus y wifi no hay cuarentena”. Ninguno de estos reclamos fueron escuchados. Macristas y peronistas se unen en favor del pacto con el FMI y en su completa responsabilidad sobre el ajuste que este conlleva.

El próximo 21 de febrero comienzan las clases en la Ciudad y el 2 de marzo en la provincia de Buenos Aires y en otras. Solo en lo que respecta al presupuesto nacional, que no fue aprobado, se ejecutó un recorte brutal.

Los jóvenes de todo el país estamos envueltos en un marco de miseria excepcional, donde seis de cada diez niños son pobres y el 70% de los jóvenes trabajamos en la informalidad, con pésimos salarios y sin derechos laborales. En este cuadro no hay ninguna política de rescate de quienes quedaron fuera del sistema educativo.

Es el gobierno el responsable de que los pibes no se puedan re-vincular con las instituciones educativas; en estos dos años no entregaron dispositivos ni wifi para que los pibes puedan estudiar (entendiendo que el internet hoy es indispensable para todos los niveles), las becas Progresar siguen siendo limitadas y de un monto vergonzoso, que varía entre los 3.000 y 5.000 pesos, más que insuficientes para los costos de una canasta de materiales escolares.