Los piqueteros marcan el camino: la movilización obligó al gobierno a responder a sus reclamos

Tras meses de aguerridas jornadas nacionales, Desarrollo Social se comprometió a una reapertura de programas y mayor asistencia a los comedores.

Foto: Andrés y Sofi Bordone, Ojo Obrero Fotografía

El extenso plan de lucha que desde hace tres meses viene desarrollando el movimiento piquetero en lucha (Polo Obrero, Barrios de Pie y más de 20 organizaciones) impuso un primer quiebre a la sostenida política de oídos sordos del gobierno.


Luego de un nuevo acampe a nivel nacional en el día de ayer, con una movilización central de 20 mil desocupados frente al Ministerio de Desarrollo Social, desde la cartera de Carolina Stanley señalaron que se atenderán los reclamos de reapertura de la inscripción a los programas sociales y de mayor asistencia a los comedores populares, fundamentales ante el crecimiento de la desocupación, la pobreza y el hambre resultante de sus políticas económicas. 


La implementación de estos dos puntos será objeto de una mesa de negociación que comienza la semana que viene, y las organizaciones ya advirtieron que no dudarán en volver a las calles ante un incumplimiento de lo acordado. Continúa pendiente un tercer reclamo, el de aumento de los montos de los programas: el gobierno dispuso días atrás un aumento escalonado que los coloca en $6.500 en julio y $7.500, que las organizaciones destacan como un efecto de la lucha pero catalogan como “completamente insuficiente”, demandando un monto mínimo equivalente al salario mínimo, vital y móvil (hoy en $12.500). 


Tenacidad


El movimiento heredero del Argentinazo llegó a este resultado dando muestras de una enorme tenacidad. En diciembre, mientras las burocracias de las centrales sindicales y los movimientos sociales del Triunvirato de San Cayetano (CCC, CTEP, Somos) le garantizaban al ajuste de Macri y los gobiernos provinciales una calma chicha, desarrollaron un acampe que debió sortear la represión de la Policía de la Ciudad, y luego en febrero y marzo cortes y acciones en todo el país. El pasado 4 de abril, al llegar al Ministerio de Desarrollo Social, el gobierno los recibió con la represión de la Infantería y la detención de una valerosa compañera de los comedores populares, pero aguantaron y fueron ellos los que hicieron retroceder a los uniformados, mostrando la gran voluntad de lucha que anida en la clase obrera, en profundo contraste con la marcha de ese día de la CGT y las CTA, con los patrones y esquivando la Casa Rosada.


 



A la movilización de ayer se sumó en forma solidaria la denominada “cuarta pata” (FOL, FOB, Frente Popular Darío Santillán, MTD) del Triunvirato Cayetano, rompiendo con la política de tregua de este y plantea la continuidad de una unidad de acción de los desocupados en lucha. Se recibieron también importantes muestras de solidaridad de la CSC y el Partido Obrero, así como de referentes del SEOM Jujuy.


Oportunidades y perspectivas


En su intervención al final de la movilización, Eduardo Belliboni del Polo Obrero destacó que de haber estado también presente en la jornada el Triunvirato (algo que sucedió, aunque de forma parcial y aislada, en la del miércoles 20), “otro sería el panorama: si hubiera cientos de miles, la ministra Stanley se tendría que ir”, asestando un duro golpe a la política de ajuste del gobierno.


Los movimientos sociales ligados a la Iglesia han optado, por el contrario, por los cabildeos con el gobierno, en sintonía con la CGT, acordando una redistribución de altas y bajas que le permite al Ejecutivo no desembolsar nuevos planes y a los Cayetanos reforzar el manejo punteril de los mismos en los barrios, condicionando su entrega al disciplinamiento de los beneficiarios que quieren romper con la política de tregua. En este marco, ayer se constriñeron a una marcha inocua a la Anses, lejos del Ministerio de Desarrollo Social, que se esfumó al mediodía.


Reflexionando sobre esta “oportunidad perdida”, Belliboni destacó que “es importante que nos llevemos una reflexión política: necesitamos un enorme frente de lucha de los ocupados y desocupados, para impulsar un paro general que derrote el ajuste del FMI, Macri y los gobernadores, y abra el camino de la huelga general para imponer un gobierno de los trabajadores”.