El lunes 6, en una reunión en la CTA resolvimos llevar a cabo una radio abierta y la marcha el miércoles por la tarde.

En las actividades del martes se juntaron decenas de firmas por la libertad de Carlos Gil, Barraza y Raineri.

Al mediodía del miércoles, el PO junto a la Comisión de Desocupados del Barrio Lourdes realizamos una Olla Popular con corte parcial de la calle, frente a la municipalidad. A la Olla se sumaron luego los compañeros de la UJS Sociales que venían del Campus Universitario, donde los docentes y no docentes concentraron y realizaron una agitación contra el ajuste; participaron también dos miembros del Polo Social.

Finalmente, a partir de las 17 horas, con un mate cocido y una radio abierta se dio comienzo a la actividad convocada por la CTA, ATE, Suteba, canillitas, camioneros, judiciales, Coordinadora de Desocupados, Comisión de Desocupados del Barrio Lourdes. UJS, PO, FOS, Polo Social y Mst-IU, cuyos representantes fueron desgranando sus posiciones ante los micrófonos. Nuestra intervención –reiteradamente aplaudida–, puso énfasis en la compresión del problema de poder que plantea la crisis política, el problema de quién maneja el producto del trabajo, ejemplificando con la situación local: Loma Negra, Techint (Losa), sus hiperbeneficios y la creciente desocupación y superexplotación que generan, con la complicidad del gobierno de Eseverri; y el planteo de la Constituyente en todos los niveles de gestión. Luego, alrededor de 200 personas marchamos por el centro de la ciudad, con un ánimo de gran combatividad, rasgo común de las últimas marchas en Olavarría.

El día jueves, en el local de la CTA, realizamos una reunión de balance. Estuvieron alrededor de 30 agrupaciones, partidos y sindicatos, varios más que en la reunión del lunes. Se convino realizar actividades comunes y se profundizó el debate sobre la constitución de un organismo menos eventual, como los formados en otras ciudades del interior provincial, con el objetivo de operar en favor de los trabajadores en lucha y frenar la ola de suspensiones, despidos y rebajas salariales, que en el ámbito privado acompañan el ajuste estatal, ratificándose el mandato del Congreso Piquetero.