Quince mil desocupados en la calle por trabajo

El movimiento piquetero volvió a la escena política con una movilización de masas el miércoles 11. Una expresión de esta recomposición es el frente de lucha constituido por las organizaciones independientes del gobierno. Hay un proceso de recomposición. Lo muestran las asambleas barrio por barrio en todos los distritos, que se sume gente nueva, que se organice a los nuevos desocupados. El movimiento se ha ido fogueando en las movilizaciones distritales y los cortes de ruta cerca de los barrios, donde han participado masivamente los compañeros empadronados en las últimas semanas. En los días previos, el diario Clarín (8/11) reflejaba uno de estos cortes relámpago organizados por el Polo Obrero:

“El equipo de Clarín trasegaba la populosa ruta 3 camino a González Catán para entrevistar a Cristina Sánchez y sus hijas, cuando de repente a la altura de Isidro Casanova un aluvión de mujeres con bebés en brazos, un enjambre de pibes y unos pocos varones batiendo tambores cortaron el camino en el sentido que va hacia Capital. A la cabeza, una bandera explícita: ‘Basta de punteros políticos’”.

“‘Acá estamos para protestar’, confirma María Lilian, del Partido Obrero. ‘Queremos trabajar. Cristina prometió puestos de trabajo, y adónde están. Los tienen los punteros. Todo termina en manos de la decisión política del intendente Espinoza. El 23 de octubre presentamos una lista de 750 personas para los planes Argentina Trabaja, y ni nos contestaron’, se queja.”

La movilización del 11 tuvo un notorio componente juvenil. No es casualidad, la tasa de desocupación es altísima en la juventud del conurbano bonaerense. Estos jóvenes, mujeres, hombres desocupados se encuentran esta semana reunidos en asambleas en todas las barriadas del conurbano, organizando las cuadrillas de trabajo que el gobierno ha comprometido fruto de esta movilización y discutiendo qué medidas de lucha a tomar si no cumplen. En esas asambleas se juega el futuro del movimiento, surgen los nuevos militantes y organizadores.

La marcha fue un rotundo mentís a los alcahuetes del gobierno. La lucha por trabajo y contra el aparato clientelar no es un problema de “dirigentes” opositores que pelean por la torta. Es un problema de masas, que tiene como protagonistas a grupos cada vez más amplios de obreros expulsados de sus empleos, que están siendo protagonistas de lo que puede ser el comienzo de una reorganización del movimiento de desocupados de masas. Este movimiento de desocupados se ha reorganizado al calor de la lucha por trabajo y bajo el signo de los piquetes contra los despidos en Kraft, que recuperaron los piquetes en todo el país.

La movilización logró destrabar el cobro del Plan Barrios Bonaerenses, que el gobernador Scioli no había pagado en dos semanas, mostrando que va por un ajuste de la asistencia social, más que por una universalización. Estas victorias concretas van fogueando un movimiento. La movilización se colocó en un centro político porque empalmó con la semana de huelgas y movilizaciones del subte, docentes, médicos. También coincidió con la tensión social que muestran las interminables colas en la Anses para inscribirse al subsidio por hijo. Exigimos que el gobierno garantice el ingreso de todos los trabajadores que deben recibir ese subsidio por hijo en el mes de diciembre.

Vamos a luchar por un movimiento de desocupados que defienda una perspectiva de clase y una salida de conjunto a la crisis, rechazando la lógica asistencialista, por la cual las organizaciones sociales son condenadas a actuar como tercerizadas del Estado.

Que la crisis la paguen los capitalistas, vamos por trabajo para todos; ingreso irrestricto y bajo control de las organizaciones genuinas de los trabajadores a los puestos de trabajo anunciados; plan de obras públicas y de viviendas para los trabajadores sobre la base de un impuesto extraordinario a la ganancia empresarial, a los terratenientes y al capital financiero; subsidio al desocupado equivalente al 82% del salario mínimo; prohibición de despidos y suspensiones; reparto general de las horas de trabajo sin afectar el salario; 82% móvil para los jubilados.