Hambre

Santa Fe: movilización de les trabajadores de los comedores y merenderos populares

En medio del crecimiento de la pobreza en toda la provincia, los gobiernos no dan respuestas a los reclamos.

Les trabajadores de merenderos y comedores populares de Santa Fe realizamos el martes 13 un corte de calle frente las puertas del Ministerio de Desarrollo Social para denunciar el recorte en la entrega de alimentos, la falta de empleo y exigir la vacunación del personal esencial que trabaja en los comedores, entre otros reclamos.

Esta acción impulsada por el Polo Obrero es una respuesta al crecimiento de la pobreza mientras se agrava la crisis sanitaria. En el Gran Santa Fe el 39,8% de las personas es pobre, y el 9,1% son indigentes. En San Nicolás – Villa Constitución el 43% de la población se encuentra por debajo de la línea de pobreza. En Rosario están en esa situación 506.419 personas, el 38,3% de la población, mientras que 98.000 son indigentes, el 10,5% de les rosarines, y la ciudad es la segunda con la tasa de desempleo más alta del país, del 13,6%.

En este cuadro de crisis social, los comedores populares son sostenidos por las organizaciones y las trabajadoras esenciales, no por el gobierno. El Polo Obrero organiza 20 comedores y 25 merenderos en las barriadas de Rosario, Villa Constitución y las ciudades del cordón industrial de San Lorenzo; los cuales por semana reparten 3.000 raciones de comida y 3.000 meriendas a pibes y familias de las barriadas más empobrecidas.

Les trabajadores esenciales que hacen posible esto sufren el ajuste del gobierno de Alberto Fernández, ya que se encuentran cobrando programas social cuyos montos están por debajo del salario mínimo. El 98% de nuestros comedores no cuenta con herramientas propias de trabajo, en la  mayoría cocinan a leña en los patios de sus casas por falta de anafes, garrafas y establecimientos propios, con ollas que solidariamente prestan o donan les vecines del barrio, porque saben que si no muches pibes se van a dormir con la panza vacía.

Tampoco son asistidos con alcohol en gel, barbijos, ni se encuentran vacunades en medio de la segunda ola de la pandemia. Para colmo, en la última partida alimentaria del gobierno nacional (que llega cada tres meses) los productos fueron de pésima calidad y en cantidades miserables.

El gobierno provincial de Omar Perotti se suma a este recorte en los comedores populares, congelando desde hace meses los subsidios mensuales, que no se acercan a una Canasta Básica. Es un escándalo que en una provincia agroexportadora, que acaba de batir récord en los dólares que entran por exportación de soja, las familias trabajadoras tengan que sobrevivir de comedores y ni siquiera se destinen refuerzos alimentarios para poder sostenerlos.

Los gobiernos son responsables de la desesperante situación que viven miles de familias en la provincia. Exigimos asistencia a todos los comedores y merenderos, vacunas para trabajadoras y trabajadores que los llevan adelante y un seguro a los desocupados de 45.000 pesos para combatir el hambre y la miseria.