Se multiplica el Polo en La Matanza

La movilización de mas de trescientos cincuenta compañeros que el martes 14 recorrió once kilómetros de la ruta 3 bajo un sol abrasador (38° de térmica!), hasta la Oficina de Empleo, con el fin de exigir asistencia municipal para nuestros barrios fue también fue un registro del desarrollo que el Polo está teniendo en La Matanza.


Las dificultades que enfrentan nuestros comedores para satisfacer esa demanda que crece día a día ha impulsado esta lucha por los recursos hoy acaparados por la red de punteros y por las organizaciones que integran el Consejo Consultivo; a este reclamo se sumó el cobro y la extensión de los cupos de planes y la continuidad de las mil bolsas alimentarias que arrancamos en diciembre.


Bajo la presión de un corte de la ruta en el lugar, la extensa entrevista con el responsable del área concluyó con el acuerdo de una gestión común ante la gobernación por los cupos reclamados, una entrega de bolsones en forma permanente (aunque en cantidad muy inferior al padrón de 1.500 compañeros entregado con anterioridad) y el compromiso de nuevas reuniones en los días siguientes para discutir su ampliación.


En la medida que abrió un canal de negociación con el municipio, independiente del Consejo Consultivo, hay que valorar este primer resultado de la movilización como un paso delante.


Fue el debut en la calle bajo las banderas del Polo de una serie de barrios, y núcleos provenientes de diversas organizaciones, sobre todo de la Ccc, que rompen con la política de tregua impuesta por sus direcciones. Se ha incorporado también a nuestras filas un barrio del Mijd.


El fenómeno de un crecimiento a saltos nada tiene que ver con ninguna política “especial” sobre otras corrientes, actitud que siempre hemos denostado, sino que es el resultado de la coherencia que ha demostrado el Polo en su acción, su programa y su método de construcción; en la defensa de las asambleas nacionales piqueteras y la unidad de todo el movimiento obrero combativo en torno a una estrategia de poder.


Dar cabida a todos estos sectores que llegan con tradiciones y experiencias disímiles -y sobre todo a los que carecen de toda experiencia de lucha anterior- en una poderosa organización de masas es el gran desafío que enfrentamos en La Matanza, la otrora tierra inexpugnable del peronismo.