Mujer

26/5/2016|1412

#3J: ganemos las calles en todo el país

Hace un año, medio millón de personas salía en diferentes puntos del país a repudiar la violencia contra las mujeres. La antesala de aquel 3 de junio multitudinario fue una serie de hechos que revelaron al Estado capitalista como fuente de la violencia contra las mujeres, carta fundamental para mantener a raya a una sociedad entera a la que se somete cotidianamente


Hace un año, medio millón de personas salía en diferentes puntos del país a repudiar la violencia contra las mujeres. La antesala de aquel 3 de junio multitudinario fue una serie de hechos que revelaron al Estado capitalista como fuente de la violencia contra las mujeres, carta fundamental para mantener a raya a una sociedad entera a la que se somete cotidianamente.


 


El 10 de mayo, la joven Chiara, de Rufino, Santa Fe, apareció muerta. Cursaba un embarazo. Su novio, un niño de su edad, confesó el asesinato. La madre y el padrastro, quienes participaron del macabro hecho, quedaron liberados dos meses después por la “justicia”. Al poco tiempo, hubo una pueblada en Monte Hermoso, por la aparición de Katherine. Después de una semana desaparecida, fue encontrada donde ya habían rastrillado. Años antes, el secretario de Seguridad de esa intendencia kirchnerista había sido desplazado de la Dirección de Investigaciones de General Pueyrredón por dejar escapar a un responsable del femicidio de Natalia Melman en Miramar. El ex secretario de Deportes de dicha intendencia estaba fugado, acusado de abusar de menores.


 


A través de las redes sociales se imponía la consigna de #NiUnaMenos para expresar el hastío con la sucesión de muertes y mutilaciones de mujeres.


 


Un año después


 


Este año, nuevamente miles de personas estaremos en las calles. Con enormes debates se han desarrollado reuniones en todas las provincias por la movilización. Las consignas son, en la Ciudad de Buenos Aires, #NiUnaMenos #ElEstadoEsResponsable, junto a otras consignas del movimiento mexicano como #VivasNosQueremos. En La Plata, habrá dos marchas: como ya ocurriera frente a la movilización del boleto educativo, la izquierda y los sectores independientes de un lado, el kirchnerismo, hasta hace unos meses en el gobierno, del otro.


 


El aniversario del #NiUnaMenos nos recibe con ajuste, tarifazos, recortes presupuestarios, retracción de la asistencia a la mujer en todo el país, crecimiento del hambre y la desocupación, impulsados por el gobierno de Mauricio Macri y de los gobernadores. En el campo de la violencia hacia la mujer, el balance no puede ser más lapidario: los femicidios sacuden casi cotidianamente a la opinión pública, mientras que la declamada “preocupación” del Estado y sus gobiernos hacia la cuestión ha quedado en eso -o sea, en declamación. Hace un año, el gobierno y los partidos de Estado pretendían apartar a la cuestión del femicidio de los antagonismos sociales vigentes, reduciéndola a una supuesta cuestión “cultural”. Como si la propia “cultura” o la vida familiar pudieran apartarse de las condiciones materiales de existencia. Ni qué decir que esta concepción terminaba eximiendo al régimen social, al Estado y sus partidos de toda responsabilidad en los femicidios. Pero muy pronto, la “unidad nacional” que se pregonó en torno del 3J se reveló como una ficción: bajo los Kirchner primero y los Macri después, continúa el orden social y el aparato judicial y de represión que amparan la violencia hacia las mujeres. Durante los años del kirchnerismo, subió un 15% el embarazo entre niñas de 10 a 14 años, un indicador de las violaciones sistemáticas de niñas en nuestro país. Hoy, nos enteramos que Belén fue detenida violando la confidencialidad entre médico y paciente, y armándole una causa. Hace dos años supimos de la detención de otra piba pobre en Bariloche -Melisa- frente a un armado judicial muy similar. Para las mujeres, leyes sin financiamiento, ni reglamentación ni aplicación; designación de jueces misóginos, jubilación de jueces justificadores de las violaciones de niños, como Sal Llargues y Piombo, trabajo precario, aborto clandestino, carestía y ajuste.


 


Movilización y lucha política


 


En este cuadro, el nuevo 3J es un escenario de luchas y delimitaciones políticas. Un sector del movimiento que disparó el “Ni una menos” transita la cooptación política con el gobierno macrista, a través de observatorios y consejos asesores que luego se silencian para preservar sus puestos. Otra fracción pretende colgar esta lucha al carro del “volveremos” y de la defensa del kirchnerismo. Nuestra corriente, el Plenario de Trabajadoras, impulsa este nuevo 3J como peldaño hacia la organización de la mujer independiente del Estado y sus partidos, y en unidad con toda la clase trabajadora que enfrenta el ajuste.


 


Durante este último año ha crecido el movimiento de mujeres y la pelea por darle un contenido de clase a la violencia que se desata contra esta mayoría social.


 


Este 3 de junio tenemos que protagonizar otra enorme movilización, para denunciar el ajuste de Macri y de los gobernadores, los asesinatos de mujeres, la criminalización de la mujer pobre como ocurre con Belén y tantas mujeres encarceladas, el aborto clandestino, la desatención sanitaria de la mujer, la explotación sexual, las redes de trata, la impunidad de los hijos del poder.


 


Reclamemos:


  • Libertad Para Belén. Aborto legal, seguro y gratuito.

  • Abajo todas las formas de violencia contra las mujeres.

  • Basta de ajuste, despidos, tarifazos y paritarias a la baja.

  • 3 de junio, todas a las calles.