Como a lo largo y ancho del país, miles de mujeres marcharon también en la ciudad de Mar del Plata en una nueva jornada de lucha este 8 de marzo.

La movilización se configuró masivamente durante los últimos días, luego de jornadas contra la violencia de género en distintas marchas por el caso de Úrsula que sacudió a la población, y en los aniversarios de los femicidios de Claudia Repetto y Jordana Rivero. Las calles marplatenses, fueron un canal donde se expresó el hartazgo frente al escenario de violencia de generó que atraviesa nuestro país y que tiene a una mujer como victima cada 20 horas.

Luego de dos reuniones plenarias masivas del movimiento de mujeres y diversidades de Mar del Plata y Batán, la consigna central que dio lugar a la convocatoria fue “8M, por igualdad y salarios dignos. Basta de femicidios y transtravesticidios, el Estado es responsable”.

Esto significó un importante avance en las discusiones junto a las organizaciones que apoyan y son parte del Frente de Todos, ya que días antes, se resistían a movilizar colocando la oleada de femicidios y la denuncia al Estado como eje principal de la marcha. No podía ser de otra manera, pues Mar del Plata representa una de las ciudades con más alto porcentaje de denuncias por violencia de género, seguida por encabezar los rankings de desocupación que tiene como protagonistas a las mujeres y familias de las barriadas.

Sin embargo, las tendencias mayoritarias del movimiento de mujeres que denuncian la responsabilidad estatal en cada una de sus esferas e instituciones a la hora de encontrarse en soledad cuando las víctimas necesitan ayuda para sobrevivir a situaciones de violencia de género y las denuncias al gobierno provincial y nacional no se vieron expresadas en el documento leído en el acto final. Mucho menos estuvo la posibilidad de levar adelante un acto que contemplara la voz de todas las organizaciones de mujeres. En ese sentido, desde la izquierda marchamos en un bloque unitario, realizando otro acto al final.

No va más

La columna del Plenario de Trabajadoras y de Polo Obrero fue destacada. Alrededor de 400 compañeras de los barrios dijeron presente de con carteles y canciones que pusieron de manifiesto la necesidad de plantarse frente a la extrema situación de hambre violencia y desocupación que vivimos las mujeres.

La movilización fue precedida por más de 15 asambleas que votaron organizarse en cada barrio, relevando a las compañeras que sufren situaciones violentas que requieran el accionar inmediato del Estado, talleres y charlas por la educación sexual integral, laica y científica y distintas actividades. Las piqueteras no pasaron desapercibidas.

La necesidad de poner en pie un Consejo autónomo de mujeres y diversidades para dar respuestas que partan de las realidades que vivimos las oprimidas se abre paso y se profundiza la lucha contra todas las formas de violencia y explotación social, el hambre y la miseria.