Mujer

14/12/2020

ANTIDERECHOS

Aborto: la intervención de lxs celestes en el Congreso

Las distintas intervenciones de lxs antiderechos en la sesión donde se obtuvo la media sanción de la ley de aborto legal.

El proyecto del aborto legal obtuvo media sanción con 131 votos a favor, 117 en contra y 6 abstenciones. En la votación se destacó un patrón común en casi todo el país: a excepción del Frente de Izquierda, bancas celestes en todos los bloques, muchas de ellas obtenidas en las últimas elecciones donde convocando al voto verde se dio el ingreso a los celestes.

Según los datos oficiales de la Cámara baja, hubo 13 provincias donde se votó mayoritariamente en contra del proyecto: Catamarca, Chaco, Córdoba, Corrientes, Formosa, Jujuy, La Rioja, Misiones, Neuquén, Salta, San Juan, Santiago del Estero y Tucumán. Conforman un total de 65 diputadxs, de las cuales 26 son mujeres, mostrando que la paridad sancionada en el 2017 no se traduce directamente en un voto en favor de las demandas de las mujeres trabajadoras, y que la perpetuidad de la clandestinidad del aborto es una cuestión de clase, ante todo. De 108 mujeres en la Cámara baja, 62 votaron a favor, 44 en contra y 2 se abstuvieron.

Las provincias del clero

De las 13 provincias mencionadas hay 5 que siguen sin protocolos por abortos no punibles ni adhieren al fallo FAL: Corrientes (Nancy Sand del Frente de Todos iba a votar a favor y dio vuelta su voto), Formosa, San Juan, Santiago del Estero y Tucumán. Sobre esta última, la diputada Gladys Medina (Frente de Todos) destacó en su intervención en contra de la legalización: “Vengo de la provincia más pequeña, sin embargo, se caracteriza por tener valores. Tucumán fue declarada provincia provida por la Legislatura, y eso es lo que vengo a defender”.

Igual de grotesco fue Domingo Amaya, diputado del bloque PRO, que sentenció que “el aborto no está en la agenda de los jóvenes” y que la gran mayoría del pueblo está “a favor de la vida”. Una impostura frente al enorme movimiento de mujeres que mediante la lucha sacó de la cárcel a Belén, presa por sufrir un aborto espontáneo, y que logró también frenar un proyecto de peronistas y macristas para prohibir los abortos no punibles.

Tucumán es un fiel reflejo de la injerencia clerical en la vida política y social, que sigue sin adherir a Ley de Salud Sexual y Procreación Responsable, imponiendo la enseñanza religiosa en las escuelas públicas, torturando a niñas violadas a parir y persiguiendo judicialmente a los profesionales de la salud que cumplen con la realización de abortos por causales.

Otra proveniente de una provincia en la que la Legislatura se declaró “provida”, por estar en contra del aborto legal, fue la diputada de la UCR de Corrientes que en el debate del 2018 comparó el embarazo con el de una perra, Estela R. Belledone. En esta oportunidad sentenció que “si este proyecto llegara a ser ley, pasaremos a la historia por haber legalizado la muerte del ser en su estado más indefenso”, omitiendo que las verdaderas indefensas son las niñas que dan a luz y que en 2018 sumaron 146 en su provincia, según estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación.

El caso más emblemático es el de Formosa donde lxs 5 diputadxs que tienen banca en el Congreso (3 Frente de Todos, 2 Unión Cívica Radical) votaron en contra, en una provincia que encabeza el índice de embarazo adolescente y que previo al año 2014 tenía casi un 30% de muertes maternas por abortos clandestinos, un total de 4 o 5 muertes al año. El gobierno de Gildo Insfrán, que alcanza los mayores niveles de indigencia del país, abraza a la Iglesia Católica, niega el acceso a la educación sexual y sostiene como bandera la clandestinidad.

Santiago del Estero también es para destacar, ya que tiene un total de 7 diputadxs, todxs del FdT, y solo uno votó a favor del proyecto. Una provincia que fue noticia luego de la media sanción del 2018, por hacer marchar en una escuela a estudiantes con pañuelos celestes, que se encuentra en el ranking de las de mayor tasa de partos en niñas menores de 14 años y que este año también fue noticia por apresar y judicializar a tres mujeres de entre 24 y 26 años por abortar (Télam, 27/6).

Algo similar sucedió con San Juan, donde el PRO se ausentó y el FdT dio un voto positivo y 4 negativos, entre ellos el del exgobernador sanjuanino Luis Gioja, actual presidente del Partido Justicialista y vicepresidente de la Cámara de Diputados, que se pronunció en contra “por cristiano, por humanista y por peronista”. La intervención del diputado Walberto Allende (FdT) fue en igual sentido, al mencionar “he sido educado en el seno de una familia justicialista y peronista” y que su voto negativo se vinculaba a “convicciones políticas y humanas”. El colmo del diputado no fue solo decir que el aborto ignora la ciencia, sino celebrar los 17 años de peronismo en el gobierno luego de afirmar que “el 95% de muertes maternas no se debe a abortos sino a la desnutrición de la mujer (…) y problemas relacionados con la pobreza, ¿no habría que empezar por ahí?”. Casi dos décadas en el poder no han sido suficientes para revertir la situación de miseria de las mujeres.

El mismo patrón de votación que Santiago del Estero y San Juan lo tuvieron las provincias de Chaco, Corrientes y La Rioja, que tienen como denominador común los altos índices de pobreza, la violencia intrafamiliar y embarazo adolescente. Allí también hubo una mayoría en contra del derecho al aborto, con presencia otros bloques como la Coalición Cívica y la UCR, además del FdT y el PRO.

Entre lo grotesco y la ignorancia supina

La referencia a la vida desde la concepción, plasmada con la reforma en el Código Civil en el 2014 y la fe cristiana de la Constitución estuvo presente en la mayoría de las intervenciones celestes, dejando entrever el lugar que tiene la Iglesia en un Estado que de “laico” tiene poco. En esta línea se destacan algunas intervenciones como la del diputado Francisco Sánchez (PRO) de Neuquén, que pronunció “somos un pueblo de mayoría cristiana, muy orgullosamente (…) esa criatura emanada de Dios tiene que ser protegida. Por eso tenemos el ordenamiento jurídico que tenemos”.

Entre otras intervenciones burdas se encuentran la de la diputada Beatriz Ávila, del Partido por la Justicia Social por Tucumán, que con total liviandad dijo que el aborto “se está convirtiendo en un moderno genocidio”. Y la del jujeño Osmar Moldani (PRO) que mencionó que con la ley de aborto se convierte a unos ciudadanos “en cuasi dioses que pueden decidir si una existencia es vida o no según su voluntad lo requiera”.

Luis Contigiani, del Frente Cívico y Social de Santa Fe, fue más a fondo, expresando que quienes defienden la legalización del aborto tienen una “teoría actualista de la persona humana a partir de sus cualidades y tributos”. Minutos antes señaló también que el aborto se trata de “un drama con dos protagonistas”, el de la mujer y quienes no reconocen que hay vida sino “un conjunto de células, un tumor, o lo que sea” y el del embrión, feto, niño nacido o adulto que “es el mismo en distintas etapas de desarrollo de su vida”.

También por Santa Fe, la diputada Vanesa Massetani del Frente de Todos se llevó todos los repudios de la marea verde al sentenciar que “el Estado no obliga a maternar, el Estado obliga a parir”, reflejando el tutelaje estatal sobre las mujeres, como Ana María Acevedo, la joven de 19 años a la que le negaron la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) para que pueda continuar con un tratamiento oncológico.

El aborto clandestino es una gran herramienta de control social, especialmente de las mujeres pobres, que además son criminalizadas por el Código Penal, y la existencia de estos diputados es el fruto de la alianza Estado-Iglesias, que todos los gobiernos han alimentado a cambio de que presten su servicio de contención en momentos de ajuste y crisis, evitando la organización y lucha del pueblo trabajador. Algo que se expresa fielmente en las modificaciones realizadas al proyecto en torno a la objeción de conciencia institucional y la limitación en la autonomía a menores, enormes concesiones a los oscurantistas que limitan directamente el acceso a la práctica.

Como dijo la diputada Dina Rezinovsky (PRO de Caba): “Si tanto les molesta Dios sáquenlo de la Constitución”. Inundemos las calles y seamos miles para arrancar el derecho al aborto, la ESI laica y científica, y conquistar la separación de las iglesias del Estado.