Mujer

18/7/2018|1511

Aborto legal: la lucha planteada, los caminos que se abren

El debate sobre el aborto coloca diferentes cuestiones a desarrollar y a poner en cuestionamiento. Por caso, abre las puertas a una militancia por la separación de la iglesia del Estado, un acto de clarificación política frente a las fuerzas políticas que han fomentado la presencia del clero en la vida social y pública.


La objeción de conciencia y la objeción por ideario institucional sin lugar a dudas es otro de esos temas. Hemos hablado de la cuestión y aportamos a clarificar lo que ocurre hoy al respecto. El articulado de la ley que debe aprobarse en el Senado el 8 dice en su artículo 15: “


…Cada establecimiento de salud debe llevar un registro de los profesionales objetores, debiendo informar del mismo a la autoridad de salud de su jurisdicción. Queda prohibida la objeción de conciencia institucional y/o de ideario”. Esta oración desató la queja de la mayoría de las clínicas privadas. Es que actualmente las clínicas privadas y sanatorios gozan de las más absoluta libertad de empresa, por ejemplo, para no cumplir con la realización de abortos no punibles. Para respaldar esta protesta, la CGT salió a repetir la falacia de que las obras sociales no podrían cubrir los costos. Pero las obras sociales sindicales ya no funcionan más con prestadores propios, sino que tercerizan sus prestaciones con esas mismas clínicas. Con su postura, el Consejo Nacional de la CGT se pone del lado de las empresas y el clero, y contra las mujeres trabajadoras.


La solidaridad con las empresas privadas de salud también partió desde quienes se ubican en el campo de la defensa del aborto legal, como ocurre con Miguel Angel Pichetto. Lo hizo bajo la forma de un aparente acto de progresismo, que incluso varias del movimiento de mujeres defienden. Pichetto dijo que no debían existir los objetores en hospitales públicos. y sí en el sector privado. Clarito. No se trata de discutir si una creencia religiosa puede obstaculizar una práctica en salud, sino de dar libertad a la empresa para convertir a todo el personal en “objetor” en el caso de que el dueño así lo quiera, o en caso de que económicamente le convenga.


Venta de niños


Otro debate, en torno de una cuestión largamente denunciada por nuestro partido, es el del negocio de la venta de niños detrás del fanatismo de algunos sectores por obligar a que las mujeres lleven adelante gestaciones. Hace varios años denunciamos el robo de un bebé de una compañera del Polo Obrero de Santiago del Estero, justamente con esta finalidad. La Fundación Adoptar de Tucumán llevó adelante fundamentadas denuncias contra el jefe de la diócesis de Añatuya, el cura fascista Antonio Baseotto, quien fuera absuelto de una acusación largamente extendida en esa zona -el tráfico de niños. Este cura y sus monjitas protagonizaron durante 30 años una verdadera asociación para quitarle a las mujeres pobres sus hijos. Ello fue posible porque los gobiernos de la provincia le transfirieron al propio clero las funciones educativas y de salud de esa zona con el aval del Estado. A pocos kilómetros de allí, se produjo el escandaloso desfile militar de niños con pañuelos celestes organizado por el cura Lombardo, otro fascista que también tiene el poder total en la región.


Los propios lugares que el obispo Carrara dice que abrirán en villas y barrios carenciados para contener a las embarazadas en crisis con sus gestaciones, no son más que una copia de los lugares de “contención” que el propio Baseotto en nuestro país, o Teresa en Calcuta, gestionaban, obteniendo así un enorme poder sobre personas desesperadas y vulnerables. En “El cuento de la criada”, nada fue inventado.


Hace un par de años, el descubrimiento de una fosa común de fetos y niños junto a una iglesia irlandesa puso de relieve que en esa iglesia parían niños, práctica que -calculan- sucedía desde antes de la década del ‘50. Mientras escribimos esta nota, a la más perversa de las abanderadas de la doctrina católica y que alcanzó mayor relieve internacional por su predicamento de resignación para los más pobres, la monja Teresa de Calcuta, se le abrió una investigación, justamente por la venta de bebés.


El campo del aborto clandestino, es un terreno donde prolifera la perversión, la oscuridad y el máximo símbolo del sometimiento de clase a las mujeres más pobres. Ese campo es el que necesitamos combatir con nuestra organización luego de que con ella misma logremos la sanción de la ley.



Te puede interesar: No al operativo de modificación de la ley de aborto