Mujer

9/11/2018

Aguante, jugadoras

La selección femenina de fútbol desafió la prohibición de ingresar a la cancha con el pañuelo verde.

Foto: @nicolasaboaf

Ayer, en la cancha de Arsenal, en Sarandí, la selección femenina de futbol derrotó 4 a 0 a Panamá. Se trató de un partido muy importante: Argentina se jugaba la clasificación al mundial de Francia, para el que ahora solo queda el partido de vuelta, al que la selección llega con amplia ventaja.



Ante este partido, familiares y seguidores de la selección habían reclamado que se aumente la oferta y entrega de entradas. A esa numerosa asistencia y a una hinchada conformada mayoritariamente por mujeres, la policía obligaba, al momento de ingresar al estadio, guardar los pañuelos verdes, símbolo de la lucha por el aborto legal, “para que no se arme quilombo, porque hay mujeres de los dos bandos”.


Pero esa justificación no es más que un encubrimiento de una medida de censura estatal contra quienes apoyan el aborto legal y de carácter machista. No se trataba de un problema de “evitar confrontaciones”. Ayer hubo un control especial que no hubo otras veces, ante un público casi en su totalidad de mujeres, y que se sabía que muchas iban a ir con consignas a favor del aborto legal. Los policías ya estaban advertidos.


Finalmente, las jugadoras y la hinchada desafiaron la medida de coerción y colgaron en el alambrado una bandera verde que, en alusión a la frase feminista “#TodoLoPersonalEsPolítico”, decía “#TodoDeporteEsPolítico”. Durante el partido, en la tribuna se olearon los pañuelos y resonó el canto “aborto legal, en el hospital”. A la hora de los festejos, muchas jugadoras, como la arquera Vanina Correa, sacaron sus pañuelos verdes y naranjas censurados dentro del campo de juego y posaron con ellos para las fotos.


Sucede que la lucha de las mujeres repercute en la selección femenina, que han dado sobradas muestras de su carácter aguerrido, desafiando la regimentación de las camarillas capitalistas –y misóginas– que dominan el mundo del fútbol.


“La selección femenina estuvo dos años (entre 2015 y 2017) sin entrenador ni competencias. Cuando volvieron al trabajo, la AFA ni siquiera les pagaba los viáticos para ir a entrenar. Las jugadoras tuvieron que ir al paro y encarar una fuerte lucha para que se reconocieran sus derechos como deportistas”, relata a Prensa Obrera la periodista deportiva Daniela Lichinizer, quien cubrió el encuentro. “La contundente victoria ante Panamá es fruto de que las chicas tuvieron más entrenamientos, concentraciones en el predio de AFA, giras internacionales y demás comodidades para el trabajo. No me cabe duda de que las postergaciones y los destrato que sufrieron tienen un solo origen: el ser mujeres. Es por eso que este triunfo tiene el valor de demostrar que con la lucha se pueden conseguir objetivos”.


“Es importante que, como protagonistas del juego, asuman la responsabilidad de comunicar una lucha del movimiento de mujeres en un evento deportivo de tamaña importancia, así se visibiliza al mundo la pelea de las mujeres argentina por el derecho al aborto legal y se da cuenta de que el mundo del deporte –y sus protagonistas– no está ajeno a cuestiones que son de relevancia social en la Argentina.”


La prohibición del uso del pañuelo fue una medida represiva contra quienes fueron a la cancha abrazando la lucha y rebeldía de las mujeres contra el Estado, la Iglesia y las instituciones responsables de las múltiples opresiones que sufrimos.


Ayer, las futbolistas y la hinchada, derrotaron la censura estatal. Las consignas mostraron el empalme de la lucha por el aborto legal con los reclamos que las jugadoras tienen a la AFA y las autoridades deportivas que bloquean el desarrollo del futbol femenino hasta que no resuelvan el modo de monetizarlo. Una gran muestra de que la pelea por el aborto legal y su conquista serán una enorme herramienta de emancipación de las mujeres, contra las opresiones, discriminación y desigualdades que padecemos.