"Si tu hija de 12 años sale mostrando las tetas con un tatuaje y haciendo trompita hay una provocación", espetó Baby Etchecopar en su programa de radio a horas de conocerse la aparición sin vida de los cuerpos de Micaela García y Ornella Dottori, ambas víctimas de dos casos distintos de femicidio.

 

Mientras una nueva movilización por #niunamenos ganaba las calles repudiando el crimen de Micaela, el periodista lanzaba comentarios que adjudicaban la culpabilidad del aumento en la violencia de género a las víctimas. Según Etchecopar, las violaciones crecen en los últimos tiempos porque las mujeres “provocan”. Sin titubeos dijo “el problema es la provocación. Porque no es casual que de golpe aparezcan tantos violadores”.

 

Estas afirmaciones recuerdan a las que realizara Gustavo Cordera en 2016, en un aula de la escuela de periodismo TEA, donde lanzó la repudiable afirmación que le costara un repudio generalizado: “Hay mujeres que necesitan ser violadas para tener sexo porque son histéricas”.

 

Endilgar la responsabilidad a las víctimas es un intento de pretender tapar las culpas de los violentos, los violadores y los asesinos.

 

El discurso de Etchecopar no es nuevo. Ya desde la época en que conducía “el ángel de la medianoche”, posando de provocador y vanguardista, insultaba a las mujeres por su condición de amas de casa, las acusaba de “brutas”, “grasas”, “ordinarias”, con las que no podía hablar, incluso justificaba allí que los maridos las engañen porque al dedicarse a las tareas hogareñas y al cuidado de la familia, las mujeres pierden, según Baby, su femeneidad.

 

En ocasión del paro del 6 de abril, Etchecopar celebró la represión en la Avenida Panamericana diciendo que “por cada palazo en el lomo (que le daban a) estos negros de mierda cantábamos gol”, haciéndose eco de toda la campaña previa de demonización de los piquetes y el paro por parte de Bullrich y el gobierno nacional.

 

El 'transgresor' resulta así un vulgar apologeta de los más rancios prejuicios y reaccionarios ataques del Estado y la clase dominante contra las masas. Ataques que el movimiento de mujeres ha desafiado con las movilizaciones del NiUnaMenos y las formidables marchas en todo el mundo en ocasión del paro internacional de mujeres del 8 de marzo. Y el movimiento obrero, con el contundente paro del 6 de abril y las masivas huelgas y marchas de la docencia contra el techo salarial de Macri-Vidal.

 

Quizás esto es lo que saca de las casillas a este personaje mediocre.

 

Baby, say no more.