El pasado viernes, la Justicia de Catamarca condenó a prisión perpetua a Naim Vera Menem, quien en marzo de 2020 cometió el femicidio de su pareja, Brenda Micalea Gordillo, asfixiándola y arrojando su cuerpo al fuego. El tribunal de la Cámara Penal N°1 lo juzgó por homicidio doblemente calificado por mediar una relación de pareja y por femicidio. La condena constituye un triunfo de la lucha por justicia, encabezada por la familia de la víctima.

La Justicia intentó dilatar el inicio del juicio demorando diez meses el resultado de las pruebas de ADN, razón por la cual la familia de Brenda y distintas organizaciones nos movilizamos todos los primeros de cada mes durante el año pasado. El día de la sentencia no fue la excepción; en las puertas del tribunal nos encontrábamos decenas de organizaciones acompañando a la familia. Fue la movilización popular la que conquistó este fallo, que le otorga la pena máxima al femicida Vera Menem.

El caso Brenda se inscribe en una realidad nacional donde se ejecuta un crimen por razones de género por día. En el 2020 ocurrieron 270 femicidios, muchos de los cuales permanecen impunes. Los agresores actúan con el aval de la Justicia, que desprotege y revictimiza a aquellas víctimas que denuncian, y, una vez que se concretan los femicidios, aletarga los juicios y pone palos en la rueda para que los victimarios sean condenados.

A su turno, tanto el gobierno nacional de Alberto Fernández como los gobiernos provinciales no garantizan ningún tipo de asistencia integral hacia las mujeres víctimas de violencia para que puedan salir de esa situación. A su vez, debido a los lazos gubernamentales con el clero, no existe en el país una educación sexual que promueva vínculos libres de opresión. Por el contrario, se preserva una educación, impartida en un sinfín de instituciones, al servicio de perpetuar el menosprecio hacia las mujeres y la defensa de la familia a cualquier costo.

Los cambios que propone el oficialismo para el Poder Judicial solo están destinados a garantizar la impunidad de la camarilla gobernante en sus causas de corrupción, de ninguna manera tienen que ver con que las denuncias por violencia de género prosperen ni con prevenir femicidios.

Por lo tanto, la perpetua a Vera Menem indica que la organización y la lucha callejera es el único camino para conquistar nuestras demandas. En ese sentido, la comisión de Violencia y Femicidios, que tendrá lugar en el Congreso del Plenario de Trabajadoras, será un canal para poner de relieve este flagelo y reforzar la pelea para combatirlo, sin establecer ningún tipo de lazo con el Estado, responsable de que nos maten todos los días.