Mujer

1/10/2020

Chinda Brandolino: la mujer de la ola celeste

Los dinosaurios no están extintos, sino que hacen entrevistas por Instagram.

La semana pasada Nicole Neumann, destacada vocera antiderechos entrevistó a Chinda Brandolino por Instagram, en un intercambio con declaraciones muy polémicas. En relación con la pandemia, Chinda la tildó de “falsa” sosteniendo que las cifras de casos no son superiores a las de otras enfermedades, y que el virus fue creado en un laboratorio patentado. Se posicionó, por ejemplo, en contra de la vacuna del Covid-19 en la que se deposita la posibilidad de salvar millones de vidas.

Chinda Brandolino es una médica matriculada de la provincia de Buenos Aires, CABA y Tierra del Fuego, relacionada con la ONG “asociación para la promoción y defensa de la vida”. Luego del debate en el Congreso por el aborto legal, su figura empezó a tener relevancia entre los pañuelos celestes. En el 2015 se acercó a la política, logró candidatearse como diputada nacional por la lista “Todos por Buenos Aires”, presentándose en las Paso con un spot en contra del calendario de vacunas “ya que producen autismo”. Por suerte no llegó a ser diputada y su partido quedó caduco.

En el 2019, intentó precandidatearse a presidente por Unite el mismo frente que ocupa Amalia Granata. Sin éxito, se acercó a Centurión y a Espert. También llamó a votar al Frente Patriótico de Alejandro Biondini, derecha fascista argentina.

La descripción en su Instagram revela a Brandolino como una mujer conservadora, nacionalista y negadora de la realidad que azota a miles de mujeres que se mueren desangradas en las salitas de los barrios. Se define “al servicio de Jesucristo y la Santa Madre” y “Pro-vida”. Figuras como esta despiertan el fanatismo de un sector -pequeño pero conciso- de la sociedad, “los antiderechos”, que promueven el aborto clandestino con su consecuencia de muertes y mutilaciones.

En una de sus publicaciones promueve la tortura de niñas obligadas a maternar, pese a haber sido víctimas de violaciones. Se trata de una opinión extendida en sectores que ejercen presión sobre las instituciones de salud y las familias para evitar la aplicación de la ILE en todo el país. De acuerdo con un informe de Unicef sobre Abuso Sexual Infantil (ASI), de cada 1.000 abusos que se comenten se condena a uno solo. Las estadísticas oficiales han revelado que la gran mayoría de los abusos sexuales contra niñes y adolescentes sucede en el entorno intrafamiliar (80% y 75%) acorde al programa “Las víctimas contra las violencias” (Ministerio de Justicia). La educación sexual integral es una herramienta fundamental y clave para poder detectar muchas veces el abuso sexual que padecen las infancias. El rol importante de la aplicación de la ESI quedó demostrado en una estadística que llevó el año pasado el Ministerio Público Tutelar de la Ciudad de Buenos Aires, mostrando que casi el 80% de los niños, niñas y adolescentes pudo comprender que fueron abusades después de recibir clases de Educación Sexual Integral en el colegio.

 

El apriete no termina en los hospitales ni en la negación de la ESI, las familias cuando denuncian estos abusos se encuentran con fallos favorables para el abusador como los que guardan relación con el falso SAP, argumentos con los que operan estos sectores antiderechos. Desestimar una denuncia por abuso sexual infantil con el argumento de que “les pibes son fácilmente manipulables” es común en la violencia machista institucionalizada. Brandolino fue, por mucho tiempo, perito médico legista de oficio en los fueros penal, civil y laboral de la justicia bonaerense con el riesgo que esto implica para quienes hayan tenido que pasar por su análisis.

La violencia con todas sus aristas se sigue reproduciendo y ningún gobierno la enfrenta, sino que intentan encauzar las demandas del movimiento de mujeres y diversidades a través de la cooptación y la multiplicación del asistencialismo fomentando la precarización. El Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad se ha revelado como una pantalla dando la espalda a las demandas de erradicación de la violencia de género, fin de los femicidios y los abusos sexuales en las infancias, ni hablar del reclamo por el aborto legal. Más allá de personajes como Chinda, lo que hay es un empoderamiento de los sectores clericales en momentos claves para contener las consecuencias de la crisis descargada sobre les trabajadores.

Para conquistar la emancipación de las mujeres, de las infancias y de toda la clase trabajadora debemos poner en funcionamiento la organización independiente de los gobiernos de turno que realizan pactos con las Iglesias y con las entidades financieras internacionales a cuenta de nuestras vidas.