El “escándalo” desatado por la charla sobre aborto con pastillas Misoprostol organizada por una agrupación estudiantil K en el colegio Carlos Pellegrini no tiene desperdicio.

Ricardo Roa, el editorialista de Clarín, se despacha al respecto con una serie de “conceptos” –si así pueden ser llamados–respecto al tema aborto que pasará a la antología de las vulgaridades propias del chupacirios promedio. En este mismo camino se inscriben también La Nación, Perfil y otros medios.

Se escandalizan por una charla y no por que las mujeres mueran por abortos clandestinos. Toda una demostración de la vara con la que miden las cosas quienes se han dedicado a impugnar la charla.

La charla se realizó en una institución dependiente de la Universidad de Buenos Aires, que debería pronunciarse ya mismo en repudio a esta intromisión en la vida interna del colegio y al intento de censurar los debates y discusiones al respecto del aborto por parte de los editorialistas y políticos ligados al clero. Hasta ahora sólo han hecho silencio.

Mientras en el Pellegrini no se implementa la ley de educación sexual integral, por lo tanto los estudiantes nos tienen contenidos al respecto, el rector del Colegio prometió a los medios “prestar más atención al contenido de las charlas”. Le contestamos que sería mejor que se fije más en el contenido de las políticas estatales que llevan a la muerte a cientos de mujeres pobres y que se indigne porque lo están invitando a censurar en vez de a fomentar más profundamente los debates.

Aborto Legal: derecho a la información y al debate

La charla en cuestión fue organizada por Nuevo Encuentro, la agrupación inspirada por ex militantes del Partido Comunista de Argentina que devinieron en fanáticos kirchneristas. Este grupo se la pasó durante toda la década del gobierno anterior sosteniendo que la consigna de "aborto legal" podía ser reemplazada por el emprendimiento particular de privados explicando la conveniencia de abortar con pastillas y cómo se hace. Necesitaron armar esta orientación al respecto del tema ante la negativa cerrada de Cristina Kirchner de legalizar el aborto. Los diputados K, incluso los que firmaban en favor del proyecto de Ley de Aborto Legal, boicoteaban sistemáticamente las comisiones que debían tratarlo. En la última oportunidad, el debate fue impedido por un acuerdo entre la ex presidenta de la Comisión Penal, Patricia Bullrich, y su ex vice, la “kirchnerista de paladar negro”, Diana Conti. Entre otros, Remo Carlotto pegó el faltazo para ir a visitar ni más ni menos que al Papa. 

Medio millón de mujeres abortan por año, casi 100 mil son externadas de todo el sistema de salud habiendo sido ingresadas con complicaciones por aborto clandestino. Cientos de mujeres que deben o quieren abortar son judicializadas. El negocio de la venta de pastillas y del aborto quirúrgico sigue intacto como así también el de la venta de niños de madres que, obligadas por las circunstancias, deben llevar a término sus embarazos frutos de violaciones y otras miserias sociales.

Misoprostol

La explicación sobre cómo se suministra el Misoprostol es una tarea que todas las militantes del movimiento de mujeres de la Argentina emprendemos cotidianamente. Está en juego la vida de muchas mujeres, la sonda sigue siendo el recurso que está “a la vuelta de la esquina”, pero por el cual las mujeres mueren por infecciones masivas. Mientras los gobiernos mantengan clandestino el aborto, las mujeres no nos resignaremos a morir sino que buscaremos las alternativas. En nuestro país, el Misoprostol fue prohibido por la conducción kirchnerista de la Anmat. Mientras se filtraba la efedrina de a kilos, sin ningún pudor.

Que Nuevo Encuentro promueva sus charlas con la imagen de Evita y de CFK tiene el tufo de la estafa política que representan: dos enemigas tenaces de los derechos de las mujeres y en particular del aborto legal, asociadas a actividades que se pretenden defensoras de ellas. Las consecuencias de la denegación de este derecho junto a la de una adecuada y científica educación sexual han tenido la consecuencia trágica del incremento durante estos años del embarazo entre niñas y adolescentes. También crecieron los ataques sexuales contra menores.

Esta opinión sobre el punto de vista de un sector político queremos tener derecho a darlo en las aulas, en los colegios, sin ser censurados por ningún sector. Los intentos de La Nación, Clarín, Perfil y otros medios de condenar la charla se inscribe en una decidida política de censura a los movimientos de lucha que no vamos a permitir.

Vayamos a acciones en el Pellegrini y en todos los Colegios por el aborto legal y por la debida información. Reclamemos que se inaugure una cátedra a cargo del movimiento de mujeres al respecto del tema aborto en el Pellegrini. Repudiemos la censura y la intromisión clerical.