Mujer

7/12/2020

FEMICIDIO

Córdoba: dos expolicías asesinan a una mujer

La víctima había denunciado a sus victimarios en reiteradas oportunidades.

El pasado domingo dos expolicías identificados como Leonel Reyes Bonaldi de 26 años y Roque Bonaldi de 50 años asesinaron a Lidia Cabrera a golpes tras sacarla de su domicilio ubicado en el Barrio Yofre Sud de la ciudad de Córdoba capital. La víctima tenía 65 años y había denunciado a sus victimarios al menos 8 veces, incluso el mismo día que recibió una golpiza había llamado al 101; la policía llegó tarde, la justicia también.

“No hubo una riña. Estábamos durmiendo cuando empezamos a sentir gritos, amenazas y golpes en la ventana. Mi mamá se levantó, llamó a la policía cuando en ese instante rompieron la cerradura de la puerta, ingresaron, arrastraron a mi mamá del teléfono y la sacaron afuera, a la calle”, declaró Yanina Moreno, la hija de Lidia a Cadena 3.

Yanina también recibió una golpiza, pero no corrió el mismo final que su madre por la acción de vecinos y de familiares. Además, declaró a diferentes medios de comunicación que “hubo 8 denuncias previas contra estos vecinos y que existía una orden de restricción”. La hija de la víctima contó a Canal 12 que “en el Polo de la Mujer no me quisieron atender porque decían que el agresor no era pareja mía”.

Las víctimas nunca recibieron el botón antipánico, los agresores nunca fueron detenidos a pesar de las numerosas denuncias en su contra. Solo recibieron una orden de restricción para que no pudieran cruzar la calle, puesto que vivían al frente del domicilio en el que ambas mujeres vivían solas.

La policía de inmediato aclaró que dio de baja a los asesinos sin dar mayores explicaciones a su tardío accionar, y más cuando los responsables del asesinato ya tenían denuncias en su contra y eran fuente de continuas agresiones y hostigamientos a los vecinos del lugar. Mientras, la justicia calificó el crimen como un episodio de violencia urbana, sin brindar la más mínima respuesta su inacción.

La policía en todo el proceso actuó de manera corporativa. Incluso tras el crimen, la infantería se hizo presente en resguardo de los agresores, en una ciudad indefensa ante la inseguridad que aumenta como resultado del crecimiento del delito organizado con vínculos con el aparato represor.

Además, una vecina de las víctimas denunció que en el domicilio de los asesinos se vendía droga. Suele suceder que se sabe quien vende y sin embargo la justicia no actúa, mientras la policía se encuentra implicada por acción u omisión.

El asesinato de Lidia se podría haber evitado si la justicia hubiese actuado como corresponde. El crimen da cuenta de un proceso de descomposición de larga data en el que se encuentra la justicia y la policía. Además, el asesinato expresó la completa falta de respuesta del Polo de la Mujer, mientras la ministra del área, Claudia Martínez, también debe responder por lo sucedido.

Justicia para Lidia. Ni una menos, vivas y libres nos queremos.