La comprensión de la organización como clave para que la lucha triunfe está presente en la Asamblea de “Ni una Menos” que reúne cada miércoles cientos de mujeres en Córdoba. Como expresión de una tendencia creciente a la movilización que recorre a todo el movimiento obrero, la Asamblea ha planteado la exigencia a las centrales sindicales para que convoquen al paro, en consonancia con el llamamiento internacional anunciado en 57 países y que expresa la  comprensión, fruto de la experiencia de la clase obrera internacional, acerca de  la necesidad de recurrir como herramienta de lucha al paro activo.

 

En abierta contradicción con este curso, las representantes sindicales de los principales gremios de Córdoba, nucleadas en la Intersindical de mujeres que participa de la  Asamblea Ni Una Menos, se negaron a respetar la resolución de la propia asamblea de la cual participan. Se escudan en argumentos tales como que “no es fácil", o “que no están dadas las condiciones”,  o que “el paro no se declama: se construye”, y  otros argumentos que intentan  encubrir la parálisis y el colaboracionismo que atraviesan a las conducciones de las que son parte. Encubren su planteo con declamaciones como: “avanzar en acciones comunes para que el 8 de marzo se instale para siempre en la agenda  del movimiento obrero organizado”. 

Frente a la parálisis que recorre a la burocracia sindical, que “para para pensarse” mientras negocia con la patronal, desde la Agrupación 29 de Mayo Mariano Ferreyra en la lista Fucsia del Suoem hemos desarrollado una agitación para que la conducción sindical llame a asambleas en todas las reparticiones para preparar el  paro. Ese planteo  ha sido rechazado de plano por la conducción y combatido en el cuerpo de delegados, a pesar de que su secretaria general es mujer y del carácter probadamente misógino de la patronal municipal: el intendente Ramón Mestre se ensañó particularmente en los despidos  a las trabajadoras de Trolebuses, luego de la huelga que protagonizaran en junio de 2017. 

 

Nuestro planteo

Así las cosas, seguimos batallando por el paro, pero hemos logrado arrancar  asambleas en los lugares de trabajo de 2 hs por turno. Sabemos que ya comenzaron las maniobras para que esos espacios  excluyan deliberadamente a los varones, con quienes compartimos la condición de explotados y a quienes juntos nos intentan cercenar derechos. 

Habiendo conquistado ese espacio, desde la Agrupación 29 de Mayo llamamos a utilizar  las horas de asamblea  para discutir y elaborar un  programa  junto a nuestros compañeros y a establecer  cada una de nuestras reivindicaciones y  acciones de organización para la marcha. Nuestra agrupación concentra su mayor adhesión en Educación y allí hemos resuelto que en las  asambleas vamos a  denunciar que nuestros salarios están entre los más bajos del escalafón municipal, universalizando para varones y mujeres un básico que no llega a la canasta familiar -cuando se trata de una repartición abrumadoramente femenina, en muchos casos con mujeres que son sostén de hogar-; denunciaremos que el estado municipal habilita la precarización laboral de los docentes con cobertura de licencias de salud de menos de 10 días  y faltas justificadas mediante tareas ad honorem que realizan las docentes suplentes para acceder a puntaje; y que sus salarios son  discontinuados en  los meses de enero y febrero; denunciaremos que no invierte en ampliar la infraestructura de las escuelas, multiplicando las funciones pedagógicas en el mismo espacio físico; que sobrecarga las tareas de directivos y no abastece de profesionales suficientes los centros de salud y los equipos interdisciplinarios para la atención de la población que asiste a las escuelas… Que cada asamblea se transforme este 8 de marzo en un espacio de  denuncia y de intervención activa. 

Las mujeres de nuestra agrupación,  que nos reivindicamos clasistas y nos nucleamos en el Plenario de Trabajadoras, levantamos junto a las distintas expresiones de lucha del movimiento de mujeres el llamado a impulsar junto a nuestros compañeros de clase el paro activo el 8M por todas las reivindicaciones pendientes: el aborto legal, seguro y gratuito, el fin de la desigualdad salarial, la efectivización de programas que garanticen la protección y asistencia frente a la violencia de género, los jardines para los niños en los lugares de trabajo que nos permitan trabajar y estudiar, el desmantelamiento de las redes de trata, la educación de calidad para nosotras y para nuestros hijos, el salario básico igual a la canasta familiar, la plena vigencia de los derechos laborales, la derogación de la reforma previsional, y miles de reivindicaciones que se impondrán con la lucha organizada. Este 8 de marzo paramos. Nos vemos en la marcha.