Luego de que una mujer realizara nueve denuncias por violencia en la unidad Judicial de la Mujer contra su exmarido, un agente de la policía de Córdoba, salió a la luz la noticia en los medios de comunicación. Durante 14 años, padeció violencia y vejaciones, pero en los últimos 6, estuvo al borde de la muerte.
En medio de la conmoción y el repudio generalizado que causó el femicidio de Úrsula Bahillo, detuvieron al policía cordobés, luego de conocerse la noticia. Tuvo que ocurrir una nueva muerte de una mujer para que se tome una medida elemental. Recién entonces, la víctima pudo declarar algunos de los hechos aberrantes que atravesó: “llegué a decirle que si me tenía que matar, que lo haga, pero ya no aguantaba más; hasta me violó con el arma; me vivía amenazando con su arma; me decía que si yo lo dejaba, iba a matar a nuestra hija” (La Voz del Interior, 11-02).
Casi como un calco de lo ocurrido con el policía de la bonaerense , Matías Martinez, quien asesinó a Úrsula, este agente había sido puesto en situación pasiva por carpeta psiquiátrica.
En los 41 días transcurridos del 2021, se acumularon 40 femicidios; 5 de ellos fueron provocados en la provincia de Córdoba. El “jamás hicieron nada” que acusa cada una de las mujeres de este país que sufre o sufrió violencia de género y pudo hablar, es la constante, a pesar de que el gobierno de Alberto Fernández haya enunciado el fin del patriarcado o les funcionaries de género busquen cargar las tintas en la “justicia o la policía”, escindidas éstas de las responsabilidades del Estado que integran.
La violencia, la inacción, el encubrimiento y la impunidad por parte de la policía, la Justicia y los Ministerios o Polos integrales de Mujeres ponen al desnudo la descomposición de este Estado femicida. La maldita policía que asesina por la espalda a nuestro-as jóvenes, que protagoniza cientos de crímenes por gatillo fácil, que asedia a les pibes en las barriadas y que transa con el negocio de la droga, también engrosa los números de femicidas de nuestras compañeras. No podría ser de otro modo, porque goza del amparo estatal.
En todo el país, en el día de ayer, se sucedieron concentraciones, movilizaciones y acciones para exigir #NiUnaMenos y denunciar la responsabilidad del Estado ante los femicidios. En la ciudad de Rojas, hubo una pueblada que fue salvajemente reprimida. En Córdoba, salimos a la calle. Por ese camino, nos organizamos para que el próximo 8 de marzo, en el paro internacional de mujeres, volvamos a ganar masivamente las calles contra todo tipo de violencias, ajuste y miseria de este régimen misógino.