Mujer

26/2/2015|1352

Crimen de Paulina: Alperovich tiene que ser interpelado


E n esta semana, el fiscal López Avila decidió pedir al juez la elevación a juicio oral de la causa por el crimen de Paulina Lebbos. En el requerimiento hay un acusado directamente del homicidio, un personaje al que se le encontró el celular de Paulina en su poder. A otros cinco se los acusa de encubrimiento. Entre estos cinco se encuentran tres (Sánchez, Barrera y Brito), quienes eran los mayores jefes policiales en aquel entonces, y otro (Di Lella) ex secretario de Seguridad de la provincia. En la misma resolución, el fiscal pide el sobreseimiento en las acciones de encubrimiento, entre otros, del hijo del gobernador, Gabriel Alperovich, y del hijo de Sergio Kaleñuk, el principal colaborador del gobernador.


 


La jornada del 26 debe servir para darle un impulso a la intervención independiente de las masas en esta crisis.


 


Varios otros personajes, como el fiscal Albaca, han quedado al margen de esta resolución, y sobre ellos sigue la investigación, ya que están imputados de haber obstaculizado la investigación del crimen.


 


Desde el gobierno han puesto en primer plano el pedido de sobreseimiento del hijo de Alperovich, con el que pretenden tapar el hecho de que la mayoría de los funcionarios a cargo de la jefatura de policía y del Ministerio de Seguridad de aquel entonces están acusados con numerosas e irrefutables pruebas de encubrir el crimen.


 


Este avance en la causa es un triunfo de la lucha popular y una seria derrota del gobierno que ahora queda acorralado y expuesto a que en el curso del juicio alguno de los acusados, para salvar el pellejo, pueda quebrarse.


 


Tanto la policía de la provincia como el Ministerio de Seguridad responden directamente al Ejecutivo provincial, y Alperovich defendió a cada uno de los actuales acusados cuando comenzaron a cobrar notoriedad las denuncias sobre el papel que cumplieron en el caso Paulina. La acción de protección de Alperovich llegó al extremo de nombrar a cada uno, cuando tuvieron que abandonar las funciones que venían cumpliendo, con puestos importantes en el Estado y altísimas remuneraciones. Fue evidente, en todo ello, el esfuerzo por mantener cohesionado todo el aparato de encubrimiento que había operado en ese caso, y como luego se fue viendo en muchos otros.


 


Si bien el juicio no se va a iniciar en lo inmediato, pues el juez deberá aun decidir si acepta el pedido del fiscal y se deberán recorrer las eventuales apelaciones, se ha creado un nuevo escenario para impulsar la lucha para terminar de esclarecer el caso, y hallar y condenar a todos los culpables y a todos los encubridores. Uno de los ámbitos de esa lucha será el propio juicio, pero el otro escenario es el político, pues ahora, con todas las novedades que han emergido en la causa, es necesario reclamar que se habilite una instancia de interpelación publica, televisada, para que Alperovich explique toda su conducta frente al caso y, sobre todo, el régimen de impunidad que ha instalado, detrás del cual se han montado toda una red de negocios corruptos y criminales.


 


El gobierno está acorralado y en crisis. Este año culmina su mandato y, al calor de ello, el internismo, la división y disgregación de su aparato están a la orden del día; también denuncias impensadas en otras épocas.