Mujer

24/3/1994|414

Día de la Mujer en Mar del Plata

El 8 de marzo se realizó un acto en la peatonal de Mar del Plata por el Día Internacional de la Mujer. La con­vocatoria estuvo a cargo de la “Comi­sión pro 9º Encuentro Nacional de Mujeres”. El acto, entre cuyos patro­cinantes figuraban Ate, Ptp, Bancarios, Ph y judiciales, congregó a unas 150 mujeres y, entre ellas, a una dele­gación de mujeres del PO y de la Lista Celeste del Sindicato del Pescado.


La actividad tuvo un carácter am­biguo, debido a la ausencia de orado­res centrales, lo que fue sustituido por la lectura de las adhesiones que en­viaron diversas organizaciones sindi­cales, políticas y femeninas. A pesar de los fervientes y diversos llamados a “continuar la lucha”, no hubo una consigna de acción. La lectura de los párrafos centrales de la declaración del PO y de la Lista Celeste, conjunta­mente con su volanteo, permitió tomar contacto con varias trabajadoras y abrir un debate con ellas.


La declaración distribuida por la comisión “Pro 9º Encuentro”, ofende la memoria de las obreras textiles ma­sacradas por su lucha contra la explo­tación capitalista el 8 de marzo de 1908. Equipara la declaración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora en 1910 por parte de la Internacional Socialista, con la instauración en 1975 del “Día de la Mujer” por las Naciones Unidas, ¿es necesario aclarar que para la ONU (organismo imperialista), el 8 de marzo carece de connotación cla­sista?


La declaración “reivindi(ca) la trayectoria de todas las que lucha­ron y luchan por la defensa de la dignidad de la mujer … Manuela Pedraza, Juana Azurduy, las Niñas de Ayohuma, Alicia Moreau de Jus­to, Eva Perón, la Madre Teresa de Calcuta, Rigoberta Menchu-Tum”. La reivindicación de trayectorias polí­ticas tan opuestas revela una elabora­da línea de confusionismo político al extremo de incorporar a la Iglesia en la tarea de la emancipación de la mujer.


La declaración se encuentra su­perpoblada de reivindicaciones del más diverso orden, en un afán de conciliar las posiciones divergentes de los par­tidos convocantes frente a la situación de la mujer trabajadora. Se reclama el derecho al aborto, pero no se denun­cia al frente clerical, desde el PJ hasta el Frente Grande, que combate esta reivindicación.


El movimiento de la mujer sólo puede avanzar si se procede a una clarificación política y elimina de su seno a los que se valen de la confusión para medrar con la demagogia de objetivos electoralistas.