Mujer

7/8/2008|1049

EL CHAÑAR

Las trabajadoras rurales llevamos nuestra propia voz

Al Encuentro Nacional de Mujeres

trabajadora rural despedida de Neuquén Produce SA y delegada de la Toma Unión y Fuerza.

San Patricio del Chañar ha crecido tan rápidamente como han crecido las superganancias de las empresas beneficiadas por los subsidios que les otorga el gobierno. Es el caso de Neuquén Produce, Expofrut o la Bodega del Valle Perdido.

Muchas de estas empresas presentan luego recursos de quiebra con continuidad y convocatoria a acreedores, despidiendo cientos de trabajadores y reciclándose de esta manera a una nueva etapa de estafa.

La llamada “ruta del vino”, el plan de transformación de la matriz productiva impulsada por el gobierno del asesino Sobisch y sostenida por el actual gobernador Sapag, termina siendo para los trabajadores rurales y de la fruta la ruta de la explotación más cruda y de los salarios más bajos del país.

Las patronales cuentan con el apoyo del gobierno y, fundamentalmente, con la complicidad de la dirección de Uatre y SOEFRNyN. Ofician de custodios de sus ganancias en las paritarias y con la creación de cooperativas; un negocio redondo y trucho a costa de peores condiciones de vida para nuestras familias. Pero las burocracias de los sindicatos van más a fondo al perseguir compañeros y “marcar” a los que quieren levantar la cabeza para que las patronales los despidan.

Contra todo esto pusimos en pie una huelga por los 100 pesos el jornal, que en enero transformó a la “ruta del vino” en la ruta de las piqueteras y piqueteros rurales.
El laudo del gobierno benefició a todos los patrones, grandes y pequeños, que gozan de los beneficios de la ley del peón rural de la dictadura. No hay diferencia para nosotras entre un pequeño o gran productor, ya que trabajamos en las mismas condiciones laborales y salariales de explotación.

Luego de nuestra jornada, de sol a sol, peleamos también por la tierra y la vivienda, ya que en San Patricio del Chañar casi 400 familias no tenemos un techo propio.
Somos trabajadoras recolectoras, de empaque, del frigorífico, etc., muchas veces presionadas a trabajar “en familia” para acarrear más canastos o bines porque nos pagan por peso. No contamos con guarderías para el cuidado de nuestros hijos, ni con la indumentaria, ni alojamiento, ni descanso, ni atención médica adecuada.
Ninguno de estos reclamos fue defendido por los capitalistas en el gobierno y los del campo.

A pesar de las difíciles condiciones en las que vivimos, nos estamos preparando para que en el Encuentro Nacional de Mujeres se escuche la voz de las trabajadoras rurales. Una voz propia que defiende el salario igual a la canasta familiar, por la anulación de la Ley del peón rural, por la garantía laboral post-temporada, por la recuperación de nuestros sindicatos.

Luego de toda esta etapa de crisis política y enfrentamiento de los dos bandos capitalistas, el Encuentro Nacional de Mujeres será la primera concentración masiva de trabajadoras y cobra importancia para nosotras porque vamos unirnos a miles de mujeres de todo el país.

Vamos con el compromiso de no desperdiciar semejante esfuerzo, para organizarnos junto a ellas y luchar por nuestros derechos.