Mujer

19/12/2016

El malhumor de Sendra


El historietista Javier Sendra publicó el día domingo en Clarín una viñeta que levantó repudio en las redes sociales por banalizar una situación de denuncia por violencia de género. El escenario que eligió como marco del “chiste” era por lejos el menos apropiado, una comisaría.


La policía no sólo revictimiza sistemáticamente a las mujeres que se animan a denunciar, negándose a tomar la denuncia (“problema de sábanas”), criminalizando a la víctima (“¿y vos qué le hiciste para que reaccione así?”) o protegiendo a los violentos y abusadores (caso Rocío Girat, cuyo padre abusador miembro de la Armada fue encubierto por esa rama militar). Según las estadísticas de la Casa del Encuentro, una quinta parte de los femicidios que se cometieron en 2016 fue a manos de miembros de las fuerzas represivas, en muchos casos, con el arma reglamentaria entregada por el Estado.


Interpretada en un sentido literal, la humorada de Sendra grafica a una mujer estúpida que molesta a un policía con una falsa denuncia, que como tal, debe ser desestimada. Esta lógica opera en la realidad con razonamientos menos risueños pero basados en este menosprecio de la palabra de la mujer. La familia de Suhene Carvalhaes Muñoz aún lucha por el esclarecimiento de su asesinato, un periplo que empezó la noche en que la joven fue a radicar la denuncia tras la brutal golpiza que le propinó Damián Loketek y la Policía Federal asentó como “daños recíprocos” porque ella le mordió el brazo mientras él la estrangulaba.  Suhene volvió esa noche a su casa perseguida por Loketek de cerca, ya que la policía banalizó su denuncia.


El accionar misógino de las fuerzas represivas del Estado apunta a reforzar las ataduras de la mujer al lugar subordinado que ocupa en la sociedad capitalista. La denuncia es una primera señal de protesta contra este orden de cosas, que la policía, por su naturaleza de guardiana del orden social existente, es incapaz de resolver y por eso se resiste a vehiculizar.


Sendra reproduce con su humorada el destrato real que el Estado imparte contra quienes requieren de su auxilio.  Sería un error querer censurar los chistes misóginos, la tarea es atacar el estado de cosas que dan lugar a una conciencia deformada. 


TAMBIEN TE PUEDE INTERESAR


Acoso callejero: progresistas “encomiendan” las mujeres a la policía de Macri


Doble femicidio en José C. Paz: justicia por Elizabeth y Jésica


Madonna, en el año de la mujer


Ataques reaccionarios contra La Cope