Mujer

9/6/2005|903

“El sindrome de Sofía”

Libertad a Romina Tejerina

Romina Tejerina, la joven jujeña que se encuentra sometida a juicio por el asesinato de su bebé, fruto de una violación, no es un caso aislado.


En un artículo en La Nación (11/4), Raquel Nadal y Adriana Peña señalan que “hay mujeres en situación de violencia familiar que son abusadas sexualmente por sus maridos, concubinos o novios. Producto de esa violación sexual, la mujer suele quedar embarazada (porque) los hombres tienden a prohibir el uso de anticonceptivos en las mujeres como una forma asegurarse el control de la vida sexual de la mujer, y con esto asegurarse su fidelidad (…) Esta realidad (…) no suele ser denunciada, en tanto existe una concepción que el varón en el momento de constituirse pareja de la mujer, tiene derecho sobre el cuerpo de la misma”. A esto se suma que los servicios prescriptos en la “ley de mater nidad y paternidad responsable” de 1999 no funcionan. Las mujeres jujeñas son víctimas de estos embarazos: 96 de cada cien mil mueren al dar a luz en la provincia (una cifra diez veces superior a la de la Ciudad de Buenos Aires) (La Nación, 11/4).


En Jujuy se produce por lo menos un aborto ilegal cada dos chicos nacidos. En el hospital central se atiende un promedio de 6,5 casos diarios de abortos ilegales (La Nación, 4/10/2000). Varias veces, durante su embarazo, Romina Tejerina intentó abortar.


Los niños de madres que son violentadas sexualmente también se convierten en víctimas. La antropóloga Beatriz Kalinsky alerta sobre la creciente detección en la Argentina de casos de muertes de niños que se inscriben en lo que se conoce como “síndrome de Sofía”. La denominación refiere a la película de Meryll Sep en 1982: en las puertas de un campo de concentración nazi ordenan a la protagonista que elija cuál de sus hijos se salvará de la cámara de gas. En la Argentina es un fenómeno nuevo. Frente a una situación extrema, cuando ya no se visualiza ninguna salida para el grupo familiar en su conjunto, la madre concentra todos sus esfuerzos en los hijos que considera más fuertes; los otros se van enfermando lentamente, se debilitan y finalmente mueren. No son madres que quieran matar a sus hijos, son madres que intentan que alguno sobreviva (Río Negro, 3/8/03).


Romina Tejerina no debe ir presa. El Plenario de Trabajadoras (en el Polo Obrero) denuncia las condiciones de opresión de la mujer.


La perspectiva para las millones de Romina es una sola: acabar con el régimen capitalista.