Mujer

30/4/2020

En José C. Paz, recrudecen la pobreza y las violencias hacia las mujeres

El confinamiento obligatorio en los hogares, a causa del Covid-19, hizo que el número de situaciones de violencia hacias las mujeres aumentara en las últimas semanas, lo que quedó registrado en las cifras crecientes de llamados al 144. En lo que va de la cuarentena, hubo al menos 27 femicidios. En casi la totalidad de los casos de mujeres denunciantes, el Estado responde culpabilizando, revictimizando, poniendo en duda los testimonios de las mujeres. Y, sin tomar ninguna medida, las devuelve a sus casas, en las que tienen que reencontrarse con quien las violenta.


José C. Paz no es ajeno a esta situación. Además, la vulnerabilidad de las mujeres y niñes se ve agravada por el hecho de tratarse de uno de los partidos más golpeados por la pobreza y la desocupación. A la vez, en el distrito, asciende a aproximadamente al 65% la cantidad de hogares que son sostenidos económicamente por hombres. Esto produce que exista un vínculo de dependencia económica de las mujeres en un gran número de hogares, lo que condiciona fuertemente la posibilidad de una mujer de salir de círculos violentos, intentando en muchos casos independizarse de quienes las violentan, pero sin las posibilidades económicas de llevarlo a cabo.


En el distrito tuvimos una muestra de estos datos en el terrible caso de Bárbara Balbuena, quien a la espera del cobro de un subsidio para poder separarse e irse de su hogar donde era violentada, terminó teniendo un desenlace fatal en manos de su pareja, femicida hoy en libertad.


Las políticas de género no son más que una pantalla de la que se vanagloria el actual intendente Mario Ishii, pero sin embargo las políticas sin un presupuesto acorde, como una comisaría de la mujer sin teléfono de línea, no son más que una cáscara vacía.  Hoy en día con un presidente “feminista” y un Ministerio de la mujer, tampoco se ha modificado la dura realidad de las mujeres.


Es clave la asignación de un presupuesto para un subsidio y un plan de puestos de trabajo para mujeres en situaciones de violencia, que sería la única garantía para lograr su independencia; así como la construcción y equipamiento de centros integrales de la mujer gestionados por mujeres de las organizaciones sociales, adonde puedan acudir como refugio y donde cuenten con asesoramiento legal, atención psicológica y sanitaria.


Es importante desarrollar a fondo las luchas en el distrito para conquistar que los derechos de las mujeres sean reconocidos. En este sentido es importante pronunciarnos por un Consejo de las mujeres autónomo e independiente del Estado, elegido por el voto de todas las mujeres y con cargos revocables, para garantizar la asignación de las partidas presupuestarias necesarias para llevar a cabo la agenda de las mujeres en cada distrito.