Mujer

27/7/2018

En San Juan condenan a una mujer violada a cadena perpetua

Un caso semejante al de Romina Tejerina en la provincia cuyana

La justicia sanjuanina acaba de condenar cadena perpetua a Irina Carrión de 20 años de edad, por homicidio agravado por el vínculo, por la muerte de su hijo.


Hace 2 años la joven, oriunda del departamento de Santa Lucía, en su precario hogar donde aún conviven más de 10 personas, mantuvo en secreto una violación seguida de embarazo, por la cual ni su familia, ni su comunidad escolar, ni el sistema de salud provincial intervinieron.


En San Juan, no se aplica ningún protocolo de aborto legal por las causales vigentes desde el año 1921. No se discute públicamente el proyecto de IVE (interrupción voluntaria del embarazo). Todos sus legisladores nacionales se han manifestado en contra del proyecto. La legislatura, por unanimidad, rechazó la iniciativa que tiene media sanción en el Congreso Nacional. En San Juan, en definitiva, prevalece el oscurantismo.


Irina no tuvo la confianza suficiente en nadie para contar lo sucedido y de alguna manera exigir lo que era su derecho: pastilla del día después prevista en el protocolo de violación o aborto no punible. Sus días de embarazo transcurrían en el ocultamiento y ensimismamiento de la tragedia. En el miedo y la vergüenza.


En la jornada de la sentencia el juez José Atenágoras Vega, le instó a Irina a dar testimonio acusatorio de quién la violó para iniciar el proceso judicial y aún en esa circunstancia no se atrevió o no pudo denunciar. Este fue el tardío y único ofrecimiento por parte del Estado sanjuanino, luego de ello la condenó a cadena perpetua.


La defensa judicial por parte del abogado Ismael Hidalgo, apunta a la inimputabilidad de Irina entendiendo que en el momento de los hechos no era consciente de sus acciones producto de todo lo que había vivido. Postura indudablemente no atendida por la institución judicial.


Responsabilidad estatal


Al igual que en el caso de Romina Tejerina, denunciamos la culpabilidad del Estado sanjuanino que a través de sus instituciones generó las condiciones por las cuales Irina no denunció lo sucedido. En las escuelas no se cumple con la ESI (educación sexual integral); hay una importante injerencia de las iglesias dentro de las escuelas; no se habla de sexo; en las clases de educación física se les prohíbe a las chicas usar pantalones cortos o calzas, porque sería vestimenta provocativa. Es decir, les enseñan que las mujeres serian culpables de las agresiones sexuales porque se visten provocativas o caminan a ciertas horas o por ciertos lugares; en este marco no se habla de anticoncepción ni de los derechos de las mujeres.


Reclamamos la declaración de inocencia para Irina y que se le brinde atención médica y psicológica que le permita enfrentar esta situación. Irina fue violada y no lo denunció ni lo contó por vergüenza y miedo. Cursó un embarazo producto de la violación del que nadie se dio cuenta, ni su familia, ni en la escuela. No recibió ningún tipo de apoyo del sistema de salud. Irina fue víctima durante nueve meses, día tras día y estos hechos son los que configuraron el estado psicológico en el que se encontraba Irina en el momento del parto del que no recuerda nada.


Reclamamos  educación sexual integral en todas las escuelas, provisión gratuita de anticonceptivos y preservativos, cese del intervencionismo clerical en el sistema de salud y en el sistema educativo; denunciamos a los legisladores nacionales y provinciales y a los senadores que votan en contra de la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo, sosteniendo con su voto los abortos clandestinos y el oscurantismo en nuestra provincia; reclamamos el cese de violencia física y psicológica dada a Irina por parte del sistema penitenciario y por los medios de comunicación; a la vez que ofrecemos a la familia nuestro acompañamiento en esta lucha por el fin de la opresión a la mujer, que sin dudas sólo se logrará en el camino al socialismo.