Mujer

3/6/2020

En un debate sobre prostitución con Georgina Orellano, denunciamos al Estado como el primer proxeneta

En el marco de la Cátedra Abierta de Derecho Crítico.

El pasado viernes 29 se realizó una charla debate virtual bajo el título de “Trabajo sexual: abolirlo o regularlo”, organizada por la Cátedra Abierta de Derecho Crítico de la Facultad de Derecho de la UBA.


Lxs disertantes fueron la compañera Ornella M., abogada, docente universitaria y militante de Partido Obrero y el Plenario de Trabajadoras; Georgina Orellano, secretaria general de Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (Ammar); Gastón Llopart, abogado, docente universitario y miembro de la red Abogades; y Greta Galvaño, abogada y directora de Libres de Acosos Callejero.


Ornella centró su intervención en el rol que cumple el Estado en la promoción y sostenimiento del millonario negocio de la trata y la prostitución, poniendo énfasis en que la limitadísima Ley de Trata no modificó nada de esto. Y  señalando, a su vez, que ese mismo Estado es el que lleva a la población a las condiciones de miseria que empujan a la prostitución, ¡y después quién persigue y juzga a esas mismas personas! Una clara muestra de esto es el caso de Sandra Cabrera, asesinada en 2004 en Santa Fe.



La compañera además explicó de qué manera la trata y la prostitución son dos circuitos que se nutren mutuamente, donde los límites son borrosos muchas veces tanto para “la ley” como para las personas explotadas. Para ejemplificar esto, explicó lo que pasó en Alemania a partir de la legalización de la prostitución en el año 2002. Un caso paradigmático, porque demuestra que la legalización y la desregulación completa de la actividad no derivaron en una mejora de las condiciones para las personas en situación de prostitución, sino todo lo contrario.


Otro eje importante que abordó Ornella en sus intervenciones fue el del “derecho a decidir sobre mi cuerpo”, que es una de las banderas de quienes quieren legalizar la prostitución y que de forma completamente absurda quieren comparar a la defensa de la legalización del aborto. La compañera sostuvo que “no existe elección libre en una sociedad capitalista. Ni siquiera la legalización del aborto en esta sociedad garantiza la libre decisión sobre el cuerpo. No se trata del derecho individual a decidir sobre el cuerpo, mientras que existe una mayoría colectiva que por medio de la prostitución encuentra una afectación concreta en sus cuerpos.”


Por último, planteó el programa del Plenario de Trabajadoras y el Partido Obrero de subsidio de 30.000 pesos para todxs lxs desocupadxs, cupo laboral trans, trabajo genuino, desmantelamiento de las redes de trata, eliminación de todos los códigos contravencionales que persiguen y criminalizan a las personas en situación de prostitución, conformación de un Consejo Autónomo de Mujeres que sea una herramienta de organización política de las mujeres y fortalecimiento de nuestra lucha, mayor presupuesto para salud y asistencia social, y ESI laica en todas las escuelas. En este sentido la compañera convocó a sumarse a la movilización y la campaña en redes por el aniversario del Ni Una Menos, que tendría lugar este miércoles 3.


La segunda voz contra la explotación sexual fue la de Greta Galvaño, quién comenzó su intervención leyendo testimonios muy impactantes de mujeres que habían logrado dejar la prostitución. Un eje particular que abordó Galvaño es el de los consumidores o “puteros”. En este sentido propuso leyes que penalicen a los puteros, como hacen los países que adoptaron el “Modelo Nórdico” respecto de la prostitución (Suecia, Noruega, Islandia y Canadá en un primer momento).


Fue muy directa en sus críticas hacia Ammar, planteando que su política es un “sálvese quién pueda”. Le planteó directamente a Orellano que aclare qué significaba legalmente el planteo de “despenalización de la prostitución”, y cuál sería el lugar de los proxenetas en ese marco. Orellano no respondió, a pesar de que Galvaño repitió sus preguntas. También las acusó de querer legalizar el proxenetismo, señalando que por eso critican la Ley de Trata.


Del lado de quienes defienden a la prostitución como un trabajo, la principal voz fue Georgina Orellano. Un personaje muy conocido como una de las principales representantes de esta postura, pero también porque la organización que lidera tiene a varias dirigentes con causas penales abiertas por proxenetismo.


En su intervención, Orellano puso mucho énfasis en diferenciarse tanto del modelo abolicionista como del regulacionista, y sostuvo que su postura y su exigencia al Estado es la de la  “despenalización del trabajo sexual”, ya que según ella Argentina pasó por todos los modelos (abolicionismo y regulacionismo) y todos han fracasado.


Su principal argumento es el del “derecho a la autonomía que tenemos las personas mayores de edad a decidir sobre nuestro propio cuerpo y sobre nuestra propia vida”. Y comparó esta actividad con cualquier otra forma de explotación. Fue muy interesante escuchar a Orellano plantear que “explotadxs somos todxs porque vivimos en un sistema capitalista” y “que hay que abolir todo el trabajo asalariado y al sistema capitalista”. Sin embargo, ella misma en una intervención siguiente planteó que no se le debería exigir a las trabajadoras sexuales que luchen por todo, preguntándose incluso: “¿Seguimos exigiendo que sean las putas las que luchen contra el capitalismo? No hermano, no se equivoquen. Ya demasiado tenemos para luchar contra el estigma”.


Por supuesto que durante sus intervenciones aprovechó para criticar a la Ley de Trata, planteando que perjudica su trabajo, pero nunca los límites que la misma tiene.


El segundo orador en defensa de la despenalización de la prostitución fue Gastón Llopart, quién comenzó diciendo que las posturas presentadas en la charla no eran antagónicas, y que deberíamos procurar puntos en común y “no buscar disputas en el feminismo donde no las hay”. Luego de eso, todos sus planteos no salieron de lugares comunes respecto del tema, desde que “hay personas que por distintas razones no pueden acceder a tener relaciones sexuales” hasta que “la prostitución existió desde siempre”.


Balance


Si bien el tema que convocaba a la charla era el de “abolicionismo vs. despenalización/regulación” creemos que esa oposición muchas veces es falsa, ya que dentro de quienes se dicen abolicionistas hay un gran sector que está integrado al Estado, como también se encuentran integrados al mismo sectores a favor de la legalización de la prostitución. Un Estado que se presenta como abolicionista pero que, como explicó Ornella en su intervención, es en realidad el primer proxeneta en nuestro país.


Como dijimos más arriba fueron interesantes, por lo clarificadoras, las intervenciones de  Georgina Orellano, quién desplegó una serie de argumentos demagógicos para ocultar lo que realmente defiende. Primero, buscando presentarse como la única voz de las mujeres en situación de prostitución. Luego “levantando la voz” contra el capitalismo y el trabajo asalariado, no sólo para después decir que ella no piensa luchar contra eso, sino manifestando que ella públicamente apoya al actual gobierno de Alberto Fernández (que nada tiene contra el capitalismo), y al peronismo en general, corresponsables junto al resto de los partidos del régimen de la miseria que sufre la clase obrera argentina.  Si bien Orellano desde hace años reivindica modelos como el de Alemania o el de Holanda (La Nación, 9/12/19), denostó la atención sobre los mismos como “eurocentrista” y extranjerizante (una vieja estrategia peronista para desacreditar planteos por su procedencia y no por lo que sostienen), para presentarse ella como representante de algún planteo latinoamericano y popular.


Por último, Orellano hizo demagogia con sus denuncias abstractas sobre la persecución policial. Pero lo cierto es que Ammar ha abandonado la lucha en todos los casos de persecución y asesinato a quienes denunciaron los negocios de la trata y la prostitución (como el de Sandra Cabera, que citamos más arriba), y hoy carece de cualquier planteo de confrontación con el Estado y sus gobiernos, justamente por su apoyo explícito a estos.


La charla sirvió, como balance, para poner blanco sobre negro qué significa realmente el planteo de la legalización de la prostitución. También dejó abierto el debate acerca del rol de los consumidores o puteros. Por último, sirvió para desenmascarar las posturas ultrademagógicas de quienes dicen defienden a las “trabajadores sexuales” pero en realidad defienden el negocio de proxenetas y capitalistas del sexo. Y, en definitiva, al conjunto del sistema capitalista que garantiza la miseria y la opresión para el conjunto de lxs trabajadorxs en todo el mundo.