Muchas organizaciones de mu­jeres, especialmente las que forman parte de movimientos de lucha reales, como las piqueteras, sostienen que las resoluciones que se votan en los talleres del En­cuentro de la Mujer deben dar lu­gar a un plan de lucha por el no pa­go de la deuda externa, por el sa­lario, por el trabajo genuino, ¡por la libertad de los presos políticos!

Los talleres abordan reclamos históricos de las mujeres: anti­conceptivos para no abortar, abor­to legal y gratuito para no morir; y contra la violencia doméstica y social, exclusión inmediata del violento, protección de la mujer y de los niños.

Se argumenta en contra del plan de lucha que las mujeres no vienen con mandato al Encuentro o en re­presentación de organizaciones; pe­ro luego de dos décadas el manda­to y la representación es el propio Encuentro y sus conclusiones.

La oposición al plan de lucha obedece al interés de preservar acuerdos paralizantes con los go­biernos de tumo, los partidos pa­tronales y la Iglesia, siempre dis­puestos a sacrificar un poco de charlatanería para ganar en inac­ción. Se busca imponer el criterio democratizante de paralizar la iniciativa de mujeres luchadoras, trabajadoras.

Una vez más pelearemos por una acción concreta de la mujer en defensa de sus derechos.