Mujer

1/6/2021

Femicidio de Ayelén Jara Gutiérrez: las ministras son responsables 

La joven había participado de la recuperación de tierras de Guernica.

Ayelén, de 20 años de edad con un bebé de un año a cargo, fue asesinada de un disparo en el abdomen por Hugo Ayala, el pasado 22 de mayo en el barrio San Cayetano de Quilmes. Ayala era el marido de su amiga, quien la alojaba temporalmente porque Ayelén no tenía donde vivir desde el desalojo.

Ella fue parte de la recuperación de tierras de Guernica, y llegó allí escapando nada más y nada menos que de una situación de golpes y abusos por parte de su expareja, tal como informa una compañera del MULCS (Movimiento por la Unidad Latinoamericana y el Cambio Social) en una carta publicada por el medio Anred. Ayelén no fue la única que buscaba en este predio del barrio San Martín, situado en la localidad de Guernica, una salida a esa brutal situación de miseria y violencia. Efectivamente, durante la recuperación se realizaron dos censos y los datos que arrojaron fueron elocuentes: en el segundo censo, a principios de octubre, alrededor de 60 mujeres refirieron ser víctimas de violencia de género. ¿Qué seguimiento le dio el gobierno de Kicillof que es el que hizo el censo? Ninguno.

El gobierno conocía su situación y no solo la desalojó violentamente impidiéndole así conseguir una posibilidad de vivienda para ella y su bebé, sino que luego la abandonó, sin hacer un seguimiento de su situación y sin ayudarla de ninguna manera. Si el Ministerio de las Mujeres en la persona de Estela Díaz y sus funcionarias hubiera hecho el seguimiento y acompañamiento correspondiente a Ayelén, muy probablemente hoy ella estaría viva. La violencia persiguió a esta joven hasta encontrarla, y no hay mayor responsable de esta situación que el propio Estado y en este caso, de manera Directa, el propio Ministerio de las Mujeres y Diversidades.

Estela Díaz es responsable

El Ministerio de Mujer, Género y Diversidad bonaerense cumplió un papel vergonzoso durante los tres meses que duró la toma de Guernica. La mayoría de las mujeres que vivían en el predio eran jefas de hogar, madres solteras, trabajadoras de casas particulares que fueron despedidas sin indemnización, vendedoras ambulantes que por la situación sanitaria se quedaron sin ingresos, y, como consecuencia, no pudieron seguir pagando el alquiler de dónde vivían. A su vez, un enorme porcentaje eran desocupadas y otras tantas estaban en situación de calle antes de llegar a Guernica. El 81% de estas mujeres tenía niñes a cargo y el 3,3% se encontraba cursando un embarazo. A pesar de todo esto, Estela Díaz nunca pisó Guernica para atender alguna de las muchas necesidades de estas mujeres. La única vez que se presentó fue para ser de caballo de Troya del ingreso de un operativo amedrentador capitaneado por Sergio Berni. La ministra conocía perfectamente la situación de vulnerabilidad de las más de mil mujeres que luchaban para recuperar esos terrenos abandonados y convertirlos en tierra para vivir, ellas y sus familias. Sin embargo, eligió defender la orientación del desalojo de las y los vecinos y la de entregar las tierras a los especuladores inmobiliarios que construirían allí un country.

Ayelén fue una de las tantas mujeres jóvenes que participaron de la lucha por el derecho a una vivienda digna durante una de las recuperaciones de tierra más importantes del último periodo. Más de 1.400 familias pelearon tenazmente durante tres meses contra Kicillof y sus operativos interministeriales que nunca resolvieron una sola demanda de estas personas y lo único que hicieron durante los tres meses que duró la toma fue tratar de romper la unidad de los vecinos y vecinas. Primero, con promesas que nunca cumplieron, luego, infundiendo miedo anunciando un desalojo que finalmente efectivizaron con más de 4.000 policías al mando de Berni. En ese operativo las fuerzas represivas quemaron casillas, rompieron las pocas pertenencias de las familias y detuvieron vecinos y militantes de las organizaciones que acompañábamos esta lucha.

Todas esas familias fueron dejadas totalmente desamparadas luego del desalojo. El gobierno bonaerense, con Kicillof, Larroque y Díaz a la cabeza, incumplieron todas las promesas. Los subsidios anunciados fueron insuficientes y otorgados a un porcentaje muy pequeño de vecinos y vecinas. Los terrenos para viviendas populares que se suponían iban ser entregados a cambio de abandonar esas tierras nunca aparecieron. Así fue que Ayelén y cientos más como ella quedaron desprotegidas, expuestas a las peores violencias, y esto para Ayelén significó nada más y nada menos que perder la vida.

Justicia por Ayelén

El femicidio de Ayelén es una terrible muestra de a dónde lleva el feminismo low-cost de este gobierno: mientras millones ven agravarse sus condiciones de vida y quedan expuestas a todo tipo de ultrajes y violencias, las ministras y sus funcionarias hacen carrera y cobran abultados salarios. Es el precio que le ponen a intentar maquillar con una pátina de género la política fondomonetarista de un gobierno ajustador que busca descargar sobre las y los trabajadores las consecuencias de esta crisis. Más que nunca este 3 de junio saldremos a gritar basta de hambre y femicidios ¡Justicia para Ayelén!