Un nuevo femicidio golpea al país. Valeria Coppa, trabajadora contratada de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia de Bariloche, fue asesinada ayer de un balazo en las escalinatas de la Catedral de Bariloche, pleno centro de la ciudad.

Se trata de un crimen premeditado y realizado a sangre fría. El asesino, Mariano Cordi, que está prófugo, había llamado a Valeria para encontrarse ahí. Valeria, su ex pareja, llegó en bicicleta del trabajo y antes de bajar recibió el disparo. Habían terminado la relación recientemente. Cordi tiene denuncias por violencia y había sido sobreseído por el juez Calcagno en una causa por abuso sexual agravado por el vínculo por falta de pruebas, según informó la madre de la víctima. La madre de Valeria aseguró también que “Cordi era muy celoso”.  Valeria tenía dos hijos, de 9 y 16 años. Había sido contratada bajo un régimen de contratos precarios hacía tres meses y aún no había cobrado su primer salario. Había aceptado este trabajo para, tras su separación, tratar de independizarse económicamente de Cordi, según informan sus compañeros de trabajo.

El caso de Valeria concentra los agravios que sufre la mujer trabajadora.

Con su femicidio, al menos 20 mujeres han sido asesinadas en lo que va del año. No se trata de casos aislados sino de una ola de violencia en la cual la responsabilidad del Estado, garante de la opresión contra las mujeres, es ineludible.

Por Valeria y por todas las víctimas, es necesario que el movimiento de mujeres salga masivamente a la calle y luchar contra el disciplinamiento social que quieren imponer el Estado y la Iglesia Católica. 

Así lo harán esta tarde las organizaciones que convocan a las 18h en Bariloche a marchar al Centro Cívico. El 1F, jornada de lucha de las violencias, movilicémonos por el fin de los femicidios, por el aborto legal y contra el ajuste.