Mujer

25/2/1999|617

Jornada nacional de protesta

En el Día Internacional de la Mujer trabajadora, las mujeres decimos basta: a los despidos y suspensiones; a las violaciones; a las sustracciones de bebés.


El 8 de marzo de 1908, 219 obreras textiles, de la fábrica Coton de Estados Unidos, fueron quemadas, mientras realizaban una huelga para reclamar la reducción de la jornada laboral (a diez horas) y el descanso dominical.


A casi cien años, nuestras condiciones de vida y laborales siguen siendo catastróficas. Por eso, este 8 de marzo, decimos basta.


Basta a los despidos y las suspensiones


Con el pretexto de la crisis económica, los capitalistas desatan despidos en masa en todas las ramas de la industria. A los 4 millones de desocupados se suman los nuevos suspendidos y despedidos de las automotrices, la reducción de los planes ‘Trabajar’ para convertirlos en subsidios a las patronales, el vaciamiento de los hospitales públicos, la privatización y destrucción del PAMI, los cortes de energía, persecución a los inmigrantes y más represión.


Basta a todas las violaciones


Pero también hay una ofensiva reaccionaria que tiene como blanco principal a las mujeres. Se ha prohibido el aborto a una mujer deficiente mental de Guernica, con un embarazo producto de una violación. Algo similar ocurrió en el hospital Santojanni de la Capital Federal y en Trelew.


La Iglesia atacó el aborto terapéutico que se practicó a una nena de 12 años, violada, que fue autorizado por un juez. El obispo Antonio Baseato, de Añatuya, comparó el aborto terapéutico a una menor violada, con el crimen de Cabezas. La Iglesia y el Estado legitiman las violaciones y quieren convertirnos a las mujeres en incubadoras de nuestros victimarios.


Basta a la sustracción de bebés


La condena del aborto y la propuesta de que las mujeres violadas tengan y entreguen sus bebés a otras familias nos retrotrae a la sustitución de identidad de las víctimas practicada bajo la dictadura militar. Es la postura que defendieron las representantes ligadas a la Iglesia, en el encuentro de la Mujer del Chaco, ante el caso de embarazos no deseados. Se está propiciando la formación de una red clandestina de tráfico de bebés.


Los partidos patronales, el PJ y la Alianza han prometido a la cúpula eclesial que continuará prohibido el aborto.


Fuera el Estado, el clero y los capitalistas de nuestra vida.


Hoy más que nunca, frente a la catástrofe social que nos acecha, ganemos la calle este 8 de marzo.


El Plenario Autoconvocado de Mujeres Trabajadoras convoca a una Jornada Nacional de Protesta, con actos y manifestaciones en todo el país. Ocupemos las calles, las plazas y las rutas, hagamos oír nuestra voz, junto a las mujeres oprimidas de todo el mundo.


Llamamos a las compañeras de las organizaciones de mujeres, a las mujeres de las organizaciones sindicales y populares, a todas las que luchan por distintas reivindicaciones:


Basta de despidos y suspensiones; reparto de las horas de trabajo entre todos los trabajadores sin afectar el salario; seguro al parado de 500 pesos para hombres y mujeres desde los 16 años, sin ninguna discriminación; subsidio a la madre sola; derogación de la flexibilización; vigencia de las licencias por maternidad y lactancia; guarderías en lugares de trabajo y barrios; salarios y jubilaciones iguales al costo de la canasta familiar (1.200 pesos); anticonceptivos gratuitos para no abortar, por su provisión en hospitales y Obras Sociales; aplicación automática del derecho al aborto terapéutico; basta de violaciones, basta de impunidad a los violadores; basta de sustracción de bebés; perpetua a Videla, Massera y todos los represores y apropiadores de bebés.