El mismo día en que se cumplieron diez años de la desaparición de Florencia Penacchi, encontraron sin vida el cuerpo de Daiana García. Esa misma mañana comenzó a circular por las redes sociales la indignación creciente ante una nueva muerte por violencia de género. En La Paternal, el barrio de Daiana, vecinos, jóvenes y organizaciones políticas, entre ellas el Partido Obrero, protagonizaron un numeroso corte de calle para pedir justicia, repudiar otro femicidio y gritar basta.

 

Durante la movilización y el corte se presentaron los familiares de otras dos mujeres desaparecidas, Bianca y Evelyn, quienes contaron que las causas estaban trabadas en la fiscalía o en comisaría. Ante estos casos, los presentes resolvieron conformarse en asamblea permanente contra la violencia de género y desaparición forzosa de personas, y convocaron a un nuevo corte en San Martín y Juan B. Justo con la presencia de los medios. La Paternal es un barrio con una amplia tradición de asambleas.

 

Cuando el miércoles la asamblea se dirigía a la fiscalía, apareció Bianca. Por la tarde, familiares de Evelyn informaron que también la habían encontrado. Daiana, de 19 años, fue hallada muerta a la vera de una ruta en Lomas de Zamora, con el cuerpo semidesnudo. El principal sospechoso es un hombre de 38 años, a quien Daiana había conocido en el boliche Museum, que se suicidó arrojándose a las vías del tren al día siguiente de la aparición del cuerpo sin vida de la joven. Habría enviado un mensaje pidiendo disculpas “por la cagada que me mandé”. La marca de la bolsa arpillera en la que se encontró el cadáver de Daiana, correspondería a la empresa de logística donde trabajaba el sospechoso.

 

El cuadro es siempre el mismo: mujeres jóvenes, del sector más explotado, alimentan las cifras de femicidios. “Allegados a la familia declararon al diario Crónica que Daiana buscaba un trabajo para ayudar a su familia, harta de que la explotaran” en una cadena de comidas rápidas” (Télam). Según datos de la Casa del Encuentro, en 2014 fueron asesinadas 277 mujeres, es decir, se asesina a una mujer cada 26 horas, prácticamente una por día.

 

La conformación de una asamblea vecinal permanente, como centro de denuncia y movilización frente a este tipo de casos abre una perspectiva progresiva a condición de que mantenga su carácter democrático e independiente del Estado y sus partidos.