Mujer

28/5/2021

Río Negro

Justificación aberrante del femicidio de Agostina: para la fiscalía “algo había hecho”

La misoginia y la impunidad son parte medular del sistema, no un defecto.

Cuando ante un femicidio el fiscal y el abogado querellante arrancan el caso realizando declaraciones de corte netamente misógino, la posibilidad de obtener justicia se ve seriamente dificultada. Es lo que está ocurriendo en el femicidio de Agostina Gisfman.

Los términos usados tanto por el fiscal como el abogado querellante para explicar tanto el motivo del femicidio como para fundamentar la teoría del caso, están impregnados de una misoginia muy arraigada. Desnudan así la base conceptual de todo el aparato estatal, que siempre termina por algún resquicio culpando a la víctima (lo cual oportunamente será usado por los abogados defensores de los femicidas).

El fiscal ha declarado a los medios que uno de los autores y su esposa fueron a requerir la ayuda de un cómplice para ver “cómo solucionaban lo que había hecho la joven, que le había generado un conflicto matrimonial”. (LM Cipolletti, 25/5/2021). Tal “conflicto” es el hecho que la esposa del femicida se enteró que éste había mantenido una relación sexual con la víctima, en el marco de una relación de prostitución. El fiscal en vez de considerar este hecho como un agravante del femicidio, considera que la joven había “generado un conflicto” al machirulo. Brutal.

Pero no se quedó en eso. Considera que por esa circunstancia, el femicida vio “afectada su hombría”. ¿Qué quiere decir este concepto, sino que el fiscal no concibe a la prostitución y la victimización y explotación de una juventud sin presente como algo repudiable, sino que lo repudiable sería que se conozca? Más brutal aún.

Y agrega en esa línea que el cómplice, que actuó para entregar a la víctima a cambio de un dinero (como queda expuesto en los audios difundidos), “buscó ayudar a su amigo que había sido ofendido, entendiendo que la mujer era merecedora de esto”. ¡El femicida es el “ofendido”!

Y para quien quiera terminar de escandalizarse ante un fiscal misógino, una última cita de éste: “este hecho de una deshonra, un encono que Monsalve tenía con la víctima y por el cual Chianesse también compartía la necesidad de ajusticiar lo que pasó con la victima”.

El II Congreso del Plenario de Trabajadoras, tomara una campaña especial de pedido de justicia en relación a este femicidio y el rumbo que toma desde el arranque con aquellos que, al menos formalmente, deben defender los derechos de las víctimas e impartir justicia.