Mujer

23/12/2016

La detención de Cristian Aldana: basta de impunidad para los abusadores y violentos

El cantante de El Otro Yo está denunciado por abuso sexual agravado y corrupción de menores.


La detención de Cristian Aldana, cantante de El Otro Yo, es un quiebre ante la impunidad reinante para los abusadores y violentos en nuestra sociedad. Ello fue posible gracias a una intensa campaña y movilización por parte de sus víctimas y quienes acompañamos su reclamo.


Aldana está detenido a pedido de la fiscalía N°38, a cargo de la doctora Betina Vota, y la investigación quedó radicada en el Juzgado de Instrucción N° 17. En mayo de este año, la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres había presentado una denuncia penal contra el cantante por distintos hechos que podrían abarcar los delitos de abuso sexual agravado y corrupción de menores.


En abril de este año cobraron amplia difusión las denuncias hacia el cantante por casos de abuso sexual. Los testimonios de Mailén y Rocío contra el cantante de La Ola que Quería ser Chau, viralizados por las redes sociales, fueron seguidos de una catarata de denuncias similares en el grupo de Facebook “Víctimas de Cristian Aldana”, que incluye a menores de edad, como su ex novia Carolina Luján, que comenzó su relación con él cuando apenas tenía 13 años. A la movilización en las redes le siguió la organización y movilización callejera. Junto con las víctimas, sus amigos y familiares, distintas organizaciones nos concentramos en Plaza de Mayo en un acto de rechazo y de denuncia, instalando ante la opinión pública el flagelo de los abusos en el mundo del rock. Luego se sucedieron nuevas movilizaciones. Meses después, se conoce la noticia de la prisión preventiva por las denuncias penales.


Desde el momento en que se hicieron públicas las denuncias, la respuesta de Aldana fue la provocación. Primero, salió al cruce desde su Facebook, victimizándose y denunciando “mendacidades y falacias” en su contra, para luego salir directamente a la calle a confrontar con las mujeres que nos movilizábamos para denunciarlo. Ante una marcha en su contra con la consigna “Ya no nos callamos más", Aldana se presentó vestido de monja en la avenida 9 de julio cantando que "el amor vence al odio”.


Aldana presidía la organización kirchnerista Unión de Músicos Independientes, cargo del que debió tomarse licencia ante la conmoción que generó el conocimiento de que era una abusador. Aldana era un modelo de joven K dentro del rock; en 2013 fue candidato a legislador porteño en las listas del FPV. 


En nuestra sociedad, los abusos son una aberración mucho más extendida de lo que se conoce y la regla general es la impunidad de los abusadores. Con la denuncia a Aldana se busca visibilizar la extensión de este flagelo en el mundo del rock, aunque por supuesto no es patrimonio exclusivo de este ámbito. El abuso de poder y el sentimiento de superioridad del hombre junto con la satisfacción perversa en humillar a la mujer, son la lógica que prima en estas situaciones de violencia. Vivimos en una sociedad que educa en estos valores en distintos ámbitos de la vida en mayor o menor grado. Hay un Estado responsable, que impulsa el desprecio y el sometimiento de la mujer, y un régimen social que es una fábrica de abusadores y violentos. Contra este estado de cosas, irrumpieron las masivas movilizaciones por #NiUnaMenos y el paro nacional de mujeres.


El reclamo por justicia para las víctimas de Aldana es un grito de lucha contra los abusos y la violencia. Debemos seguir movilizadas para evitar la impunidad y que este caso sirva para alentar a más mujeres a denunciar y superar la situación de violencia en la que están inmersas. Contra todo tipo de violencia hacia las mujeres, vamos por un nuevo paro nacional el próximo 8 de marzo