Mujer

1/5/2018

“La manada somos nosotras”

Masivas movilizaciones en España contra un fallo que calificó como “abuso” a una violación colectiva.

@romano_m

Esta semana se desarrollaron en España masivas protestas de mujeres. Comenzó el día 26, cuando, desde temprano, miles se concentraron frente al Ministerio de Justicia contra el fallo dictado en el juicio a “La manada”.


“La manada” era el nombre con el que se autodenominaba un grupo de cinco hombres que el 7 julio de 2016, durante la fiesta de San Fermín, violaron brutalmente a una joven de 18 años, a quien además de penetrar, obligaron a que les practique sexo oral, robándole el celular –lo que evitó que pueda pedir ayuda- y filmándola, en un video que luego circularon por WhatsApp riéndose de ella y humillándola. Dos de los agresores pertenecían a las fuerzas represivas del Estado: Antonio Manuel Guerrero, de la guardia civil, y el militar Alfonso Jesús Cabezuelo.


La sentencia dictada por la Audiencia de Navarra, dada a conocer ayer en un tribunal rodeado de organizaciones de mujeres que esperaba el veredicto, los condenó a nueve años de prisión por el delito de “abuso sexual continuado”. El fallo consideró ausencia de violencia (que establece la diferencia jurídica entre violación y abuso) porque la víctima, encerrada y amedrentada por los agresores parados adelante y atrás de ella, no se había defendido oponiendo violencia física –algo que podría haber puesto en juego su propia vida.


La vice del presidente Mariano Rajoy (Partido Popular), Soraya Sáenz de Santamaría, señaló que el gobierno español “respeta” la sentencia, y en el mismo sentido se expresó el ministro de Justicia, Rafael Catalá (La Vanguardia, 26/4). A su turno, la guardia civil y el Ejército resolvieron que recién expulsarán de sus filas a Guerrero y Cabezuelo “cuando haya una sentencia en firme” (El Español, 26/4); mientras tanto, los violadores seguirán cobrando el 75% de sus sueldos.


Esta no es la única acusación contra “La Manada”: antes de fin de año, serán juzgados por la agresión sexual a una joven de 21 años durante la fiesta del municipio de Torrecampo (municipio de Córdoba, en Andalucía) acontecida el mismo año que la de San Fermín.


El juicio


En el juicio, la víctima había hecho un relato pormenorizado de los hechos y explicó que estaba "totalmente en shock, no sabía qué hacer, quería que todo pasara rápido y cerré los ojos para no enterarme de nada y que pasara rápido" (ídem, 6/12/17), describiendo el miedo y el desamparo que atravesó desde ese momento. La fiscalía solicitaba penas por agresión sexual y violación de su intimidad por grabarla, más robo con intimidación, que elevaba a 22 años las penas; mientras que lo que se llama en España la “acusación popular”—ejercida por el Ayuntamiento de Pamplona y el Gobierno de Navarra— a 26, bajo la consideración de que los videos probaban la agresión y eran “la expresión gráfica de la vileza” de los agresores con la joven.


Contra ello, la defensa de “La Manada” arguyó que el video mostraba que el “comportamiento de la víctima no era el de quien está siendo violada contra su voluntad” y que la víctima no expresaba “asco, ni dolor, ni sufrimiento”; y sostuvo que por las publicaciones de sus redes sociales se evidenciaba que “llevaba una vida normal”. 


Con su fallo, el tribunal establece que si una mujer fue violada o no depende del accionar de la víctima y no del de los victimarios. Y se basa en una interpretación del comportamiento de la víctima en favor de los agresores en lugar de juzgar la brutal violencia ejercida por ellos contra la mujer. “No sé qué consideran violencia”,  se preguntan miles de mujeres en España y en todo el mundo. 


Un Estado podrido


El fallo demuestra la completa situación de indefensión en el que vivimos las mujeres, que somos sometidas no solo a todo tipo de agresiones sino a un Estado que las ampara. Y deja en evidencia que la violencia contra las mujeres proviene del propio corazón de ese Estado que permite y naturaliza el salvajismo contra la mujer y establece, finalmente, el parámetro de que somos las mujeres las culpables de los ataques contra nuestra vida.


“Nosotras somos la manada”, dice la consigna que se ha dado la movilización en España, que expresa que en la organización está la fuerza y que la lucha colectiva es el camino para transformar este régimen de barbarie contra las mujeres.