Mujer

4/8/2018

La ´marcha de San Cayetano´ y la manipulación clerical de los reclamos populares para propósitos reaccionarios  

Luchemos por el aborto legal y la separación definitiva de la Iglesia y el Estado.

Por tercer año consecutivo, movimientos sociales nucleados en el espacio “San Cayetano”, convocan a una marcha en el día de esa figura, “patrono del trabajo” dentro de la religión católica.


Este, sin embargo, no es cualquier 7 de agosto, porque el 8 el movimiento de mujeres más masivo de los últimos 30 años se dispone a salir a las calles para arrancar un derecho que material y simbólicamente tiene un enorme valor para las mujeres, para el conjunto de la clase obrera y porque esta conquista implicaría un golpe sin precedentes al dominio clerical y a la participación de esta institución en el Estado.


La fecha del 7 de agosto, fue elegida por la CCC, Ctep y Barrios de Pie (el espacio San Cayetano en cuestión) justamente para unificar su rol entre los sectores más castigados con la orientación del clero. La llegada de un aliado de años de Juan Grabois y Juan Carlos Alderete al Vaticano reforzó fuertemente la gravitación clerical y las alianzas alcanzadas.


La pobreza y el clero


Pero en estos años el clero se delató más que como un articulador para revertir la pobreza, como un explotador de esta condición en beneficio propio. La asistencia a pobres resulta un negocio fenomenal, que esta institución explota impúdicamente. El ahora conocido por sus estridentes barbaridades, Abel Albino, es un ejemplo de recaudación sobre la base de la explotación de la pobreza. Su fundación Conin ha firmado convenios millonarios con el gobierno en lo que constituye una tercerización que hace más onerosa la asistencia social y alimenta una estructura reaccionaria.


Con esta inclusión, los dirigentes de estos movimientos sociales introducen una profunda ilusión en un clero que no combate la pobreza, defiende conceptos y principios fuertemente nocivos para los más vulnerables, es responsable de atrocidades contra los niños y jóvenes, particularmente contra los más desprotegidos e imparte principios de resignación, maternidad obligatoria, vínculos sexuales sólo con fines reproductivos, todo un despliegue que se materializa en vínculos violentos y en tutelaje hacia las mujeres.


Las palabras contrarias a la legalización del aborto por parte de Grabois y su silencio total frente a las aberraciones clericales, como la de obligar a niños a marchar uniformados con pañuelo celeste, las amenazas y hasta golpes contra portadoras de pañuelos verdes, la protección clerical a decenas de curas abusadores, la selección de abusadores denunciados desde hace años como parte del gabinete de cardenales de Bergoglio, las acusaciones que se multiplican sobre el tráfico de niños pobres, ¿no constituyen una línea de intervención de profunda protección hacia un poder reaccionario?


Los “curas villeros”


Desde la conducción de los movimientos sociales que se aliaron al clero no ha habido condena alguna a las agraviantes palabras de Pepe Di Paola y de Gustavo Carrara, contra las que quisimos o debimos abortar, comparándonos con genocidas de la dictadura y con asesinos narcos. Estas fueron las palabras de quienes conocen de cerca el alcance del aborto clandestino, el desarrollo del negocio de la venta de pastillas truchas y de intervenciones quirúrgicas a cambio de dinero. Con sus ataques se han convertido en lobbistas de la clandestinidad, porque es ella la herramienta que usan para la manipulación política.


Pocos se han atrevido a tanto como estos “curas villeros” que usan a la pobreza como escudo de protección para incursiones políticas propias y para cotizar su poder sobre la base de garantizar o extorsionar a gobiernos con la contención de nuestra indignación y nuestra necesidad, haciendo uso de su ascendente y de su presupuesto forjado sobre la transferencia de fondos del Estado.


Contención u organización


Tenemos que defender los derechos de las mujeres y enfrentar la pobreza. Se trata de discutir si necesitamos contención u organización y lucha para derrotar los planes de ajuste, los pactos con el FMI y tantos otros golpes que estamos sufriendo.


En el campo sindical, el espacio San Cayetano tiene como principales aliados a los responsables y cómplices de las paritarias a la baja, de los despidos, a los que llaman por teléfono al FMI en vez de combatirlo con la movilización popular, particularmente a los jefes de la CGT. Con estas alianzas se profundizan los despidos, la precarización laboral y el incremento de la pobreza. Por eso acuerdan un aumento por debajo de la inflación en los planes de asistencia social, afirmando así un pacto de contención de la clase trabajadora para que pase la política de ajuste del gobierno.


Otros movimientos sociales, con los cuales compartirnos importantísimas luchas, han reclamado ser incorporados a las mesas de negociación de este espacio con el gobierno. Creemos que tienen que revisar la estrategia de concurrir a formar parte de un espacio con adoctrinamiento papal.


Bajo la batuta de Bergoglio, los curas villeros y la “hermana” Pelloni, han hecho declaraciones públicas expropiando la voz de las más pobres.


El aborto


En un momento donde el movimiento de mujeres está en alza, la cuestión del aborto ha generado un salto en la conciencia de los sectores más oprimidos del país. Gracias a ello, las compañeras accedieron a información sobre el financiamiento de la iglesia, sobre su juego político, sobre los recursos millonarios que maneja, sobre su participación directa o indirecta en las principales empresas de salud del país, sobre su responsabilidad en la protección de abusadores de niños en todo el mundo. Gracias a esta lucha muchas mujeres sabrán ahora que tal como lo denunciamos hace años, las Teresa de Calcuta han sido fundadoras de una empresa fenomenal de tráfico de niños pobres, como ocurriera con la propia iglesia católica en la Argentina en diferentes puntos, particularmente en Añatuya, Santiago del Estero, de la mano del cura Antonio Baseotto. La lucha por el #AbortoLegal es también de un enorme aporte para distinguir quién es quién en la lucha contra la precarización laboral, el ajuste y la pobreza en general.


Compañeras de los barrios se han rebelado contra la violencia doméstica a partir de concebir el aborto como un derecho, y a la maternidad como algo deseado -no como si las mujeres pobres debiéramos ser simples incubadoras, a las cuales (una vez que somos madres) no se nos respeta ni el derecho a la comida, la salud, educación y la vivienda para nuestros hijos e hijas, y se nos obliga a parir o a morir si no queremos hacerlo.


El aborto clandestino que defiende la iglesia es un gran caballito de batalla para disciplinarnos, para controlarnos.


Separación de la Iglesia y el Estado


Para diseñar una verdadera estrategia contra la pobreza no podemos aliarnos con la institución que sobrevive sobre la base de la multiplicación de esa pobreza, sobre la base de la administración de fondos para contenerla y así desarrollar su poderío.


Hoy, debemos estar en las calles, no levantando a un Papa que se autoproclama anti neoliberal cuando su institución a lo largo de la historia ha sido el garante de la opresión, el hambre, las dictaduras, las guerras y las miserias más crueles.


Hoy el movimiento de mujeres reclama la separación de la Iglesia y el Estado, y eso en los barrios es un hecho político de enorme envergadura. Se trata de luchar contra la tercerización de la asistencia, por reclamar al Estado y construir el avance de la conciencia y de la práctica para que verdaderamente seamos las y los trabajadores quienes gobernemos.


Conquistar en este cuadro el aborto legal, implica un golpe contundente a quienes nos quieren con la cabeza gacha para pasar el plan de guerra contra toda la clase trabajadora. Seamos miles de los barrios en las movilizaciones por el aborto legal, alcemos la voz por la separación de la Iglesia y el Estado.


Enfrentemos el ajuste y el crecimiento de la pobreza consagrando un gran frente de las organizaciones independientes de los gobiernos y del Vaticano, organicémonos por trabajo genuino, salario minimo igual a la canasta familiar y pase a planta permanente de los precarizados, aumento de emergencia del 30% para los montos de los programas sociales y apertura para todos los desocupados que los necesiten, duplicación de la AUH y los programas sociales. Aborto legal, seguro y gratuito.