Mujer

25/6/2020

La policía salteña como coautora de femicidios

Novedades en los casos del femicidio de Liliana Flores y Rosa Sulca.

Liliana Flores fue asesinada el 24 de diciembre, por su ex pareja policía, quien le disparó con su arma reglamentaria, estando en la puerta la consigna policial.


El caso causó tremenda indignación y se lo presentó como una “falla” en el régimen de consignas policiales para las víctimas de violencia de género. Se ordenó la detención de dos policías, el que estaba de consigna policial, pero luego fue puesto en libertad, porque consideran que no va a entorpecer la investigación— y otro por adulterar el libro de guardia de la comisaría del barrio Los Pinares, ya que no coinciden los horarios con las directivas dadas por la fiscalía penal de Cerrillos, luego de la denuncia de violencia realizada por Liliana Flores.


Según contó su hermana, Claudia Flores, a Diario El Tribuno del 11/6: “Hubo falta de acción en distintas personas, la fiscal debería haber corroborado el ingreso a la casa de mi hermana, tiene dos entradas: por adelante y por atrás, encima sin vecinos lindantes y ordenó mandar una sola consigna policial. Agravado por el hecho de que él -por Hedgar Exequiel Almirón- estaba prófugo y con el arma reglamentaria. ¿Por qué la dejaron sola? ¿Por qué dejaron que volviera a su casa y no la llevaron a alguna casa de refugio o a la casa de nuestra madre?”.


Otro hecho que la familia conoció a posterior fue la existencia de una carta donde Almirón confesaba el crimen que iba a cometer: “A las 6”, la Policía “llegó hasta la casa de los padres del ex de mi hermana, porque estaba prófugo, ellos le dijeron que no sabían dónde estaba. Antes que los policías se retiraran la mujer encontró una carta en la pieza de su hijo donde les pedía perdón a sus padres y contaba lo que iba a hacer”.


“Me dijeron que fue a las 7, pero los vecinos dicen que escucharon los tiros entre las 6.45 y las 6.48”, los policías tenían un margen importante de tiempo para llamar al efectivo que custodiaba la casa de la víctima y hasta de trasladarse al lugar. “Pero no hicieron nada”, apuntó la hermana y agregó “todavía tengo dudas de los mensajes que llegaron del celular de mi hermana, después de las 7, donde ella señala que ‘está todo bien, incluso manda una foto de la policía afuera de su casa’, cuando en realidad a esa hora ya estaba muerta”.


Todo indica que la propia policía seguía usando el teléfono de la víctima después de producido el crimen. El hecho que se haya adulterado el libro de guardia muestra que hubo complicidad para encubrir a “su colega”, ya que Almirón cumplía funciones en el Valle de Lerma y se conocían. Cuesta creer que el comisario no sepa nada de todas estas maniobras.


Otra cosa que aún no explicaron, es que Almirón estaba de baja, por las reiteradas denuncias de violencia familiar, pero sin embargo el crimen de Liliana y su posterior suicidio lo cometió con su arma reglamentaria, la seguía portando. O sea que las sanciones internas son una puesta en escena para calmar las denuncias de violencia familiar que ponen las mujeres, ante los organismos internos de la policía.


Caso Sulca


También hubo novedades en este caso, Rosa Sulca es la maestra que llamó al 911 diciendo que “la estaban matando y que se apuren”, a continuación, una voz femenina dijo: “Es mi tía, esta medicada”. La policía fue al domicilio, tocó la puerta, como no salió nadie, se retiraron. Luego se conoció que Rosa, ya había denunciado en dos oportunidades, a una banda de jóvenes por robo, incluso una vez encontró a uno de ellos armado con un cuchillo dentro de vivienda. La comisaria de Villa Mitre sabía que en esa vivienda vivía Rosa Sulca sola.


Resulta que ahora aparece en las imágenes de las cámaras de monitoreo, otro joven, que estuvo varios minutos parado en la vereda de la casa, junto a una de las detenidas, después de ocurrido el crimen.


Las cámaras no sirvieron en el momento para unir una llamada de auxilio al 911 con las imágenes. Sin embargo, en una demostración que se hizo a los senadores, en la base operativa del 911, mostraron como enfocaban las cámaras para seguir a un punga en medio de una muchedumbre y lograron detenerlo. No hicieron lo mismo con el caso Sulca, los vecinos de Villa Mitre denuncian zona liberada, para esta banda.


Mientras tanto, siguen las investigaciones por como informó el 911 el contenido de la llamada, si fue bien interpretada. En medio de todo esto, distintos sectores de seguridad y la justicia se acusan y defienden mutuamente para que la policía salga limpia o se haga el menor daño posible a la fuerza.


Claramente esto no se resuelve con charlas con perspectiva de género a la policía. Una fuerza lumpenizada no tiene cura, forman parte de todo un régimen delictivo en todos los planos, incluidos los delitos que cometen contra sus propias familias.


Exigimos la renuncia de Pulleiro y toda la cúpula policial. La presencia de todos ellos es el mayor factor de inseguridad para las mujeres.


Por un concejo autónomo de la mujer, para poder avanzar en una protección real a las mujeres y niñes, independiente del Estado corrupto y podrido desde sus entrañas.