Las desocupadas coparon el Encuentro
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Tal vez debido a que en esta oportunidad el Encuentro de la Mujer, realizado en Paraná, contó con menos compañeras, en su composición predominaron las mujeres desocupadas que concurrieron de todo el país. El otro aspecto fue que participaron militantes y activistas de distintas organizaciones de izquierda, lo que provocó la hostilidad de los núcleos del PJ (Ensenada y otros), como denuncias ante la comisión organizadora, disturbios en los debates en las comisiones, gritos y altercados en la marcha por las calles de Paraná.
La Iglesia desorbitada
Mientras que en el Encuentro de San Juan (1997) la Iglesia organizó un encuentro paralelo y recibió a las delegaciones con carteles que decían “aborteras asesinas”, o así como en el Chaco, se metió ‘pacíficamente’ en las comisiones para introducir su cuña; esta vez, en Paraná, mandó como grupo de choque a estudiantes de las escuelas católicas, que salieron a gritar contra las mujeres del Encuentro.
Por pan y trabajo
La presencia militante de más de cuarenta mujeres de la Carpa de San Fernando, que recorrieron los talleres propagandizando su conflicto; la desbordante intervención de otros núcleos de desocupadas de todo el país; el rechazo a la constitución de una Comisión de claro corte oscurantista -la de “Mujer y modos no convencionales del conocimiento” (tarot, péndulo, etc.)-, determinaron que prosperara la autoconvocatoria del taller “Mujer y desocupación”.
De más de 30 talleres (Juventud, Sindicatos, Trabajo, Anticoncepción y Aborto, Crisis global, Derechos humanos, Trabajo barrial) salió: que la marcha en Paraná se hiciera por Pan y Trabajo, cosa que efectivamente se concretó, y que el Encuentro convocara para el Día de la No Violencia hacia la Mujer (25 de noviembre) a una Jornada Nacional por el Pan y por el Trabajo, por la anulación de la reforma laboral, por los 500 pesos de subsidio al desocupado sea hombre o mujer, por 600 pesos de salario mínimo, por el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario.
Fue objeto de discusión y de reclamo por parte de muchas compañeras que el Encuentro debía tener carácter resolutivo. Si bien esto no se generalizó, cada vez son más las compañeras que lo plantean.
El Plenario fue organizado
Este año el Plenario de Trabajadoras montó una organización que permitió la intervención activa de todas las compañeras que concurrieron: se juntó dinero para garantizar la comida que preparaba un grupo de compañeros varones que actuaron solidaria y militantemente colaborando con las compañeras; y otro grupo de jóvenes varones cuidaba a los más de 40 chicos de las mujeres de San Femando. Este sistema, instrumentado por el Plenario, va a ser adoptado por otros nucleamientos en los próximos encuentros para evitar la penuria que significa “ser llevadas hasta allí y dejadas para que se arreglen solas”.
Próxima tarea
La Jornada Nacional por el Pan y el Trabajo puede llevarse adelante el 24 de noviembre en las principales ciudades del país.
Es la oportunidad para que las mujeres consoliden su organización y hagan oír en un mismo puño su grito de salida a la crisis. Tomando lo que planteaban las desocupadas de María Elena (Laferrere): Nosotras nos movilizamos siempre con corte de ruta por trabajo.
Ahora se trata de movemos todas juntas y al mismo tiempo.