Mujer

19/7/2018

Los curas villeros lanzan una nueva maniobra contra la legalización del aborto

Polo Obrero Capital

La ofensiva de la Iglesia Católica contra el aborto legal, se agudiza de la mano de los curas villeros. Luego de una furiosa campaña en la que el padre Pepe Di Paola y Carrara aseguraron en las audiencias del Congreso que “las mujeres pobres no están a favor del aborto legal”, en el día de ayer, anunciaron la creación de “centros de contención” de las mujeres de los barrios pobres para evitar la interrupción voluntaria del embarazo. De esta forma, las terribles condiciones sociales que empujan a un aborto se “solucionarían” con el abrazo de un cura amigo.



Esta nueva maniobra se inscribe en la campaña que los grupos oscurantistas desenvuelven a escala nacional para enturbiar el debate y bloquear la lucha por la legalización del aborto.



La tarea de “contención” de la Iglesia en los barrios ya la conocemos. Los grupos de “ayuda comunitaria” que funcionan en los barrios son un mecanismo para sostener los lazos de opresión al interior de la familia y para mantener a la mujer sumisa ante relaciones violentas. Las mujeres que, desesperadas, acuden a la capilla para recibir ayuda cuando sufren violencia de género, son aconsejadas para hacer lo que el marido necesite, defender la familia ante todo, no separarse, cuidar de los hijos, etc. El tipo de contención que se pretende brindar a las mujeres embarazadas que deseen abortar no es más que coartar su decisión y libertad sobre su cuerpo -limitada de antemano por un Estado que no ha garantizado educación sexual científica y laica.



En la misma semana que se conoce este anuncio de los curas villeros, sale a la luz casos de tráfico de bebés en la India, por parte de estos “centros de contención” de mujeres embarazadas pertenecientes a la orden de la madre Teresa de Calcuta.



Las mujeres de los barrios pobres no necesitamos la contención de la Iglesia, no necesitamos sus consejos conservadores que quieren condenarnos al rol de ser madres y de cuidar la familia, incluso ante relaciones violentas. Queremos desarrollar nuestra maternidad en la más plena libertad, queremos decidir por nosotras mismas, queremos educación sexual científica y laica -y para conseguir todo esto, debemos montar un gran movimiento de mujeres independiente de los gobiernos y de la Iglesia.



Las mujeres organizadas son la mejor herramienta de información, y no la contención asistencialista de la Iglesia. Debemos romper los lazos que nos atan a estas instituciones retrógradas, debemos redoblar la organización para conquistar en las calles el aborto legal y que los curas no decidan más sobre nuestros cuerpos.



El 8A todas a la calle, por la conquista del aborto legal, seguro y gratuito.


 


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