Mujer

15/6/2018|1506

“Luchamos por este derecho como parte de la lucha contra toda explotación”

Extractos de la intervención en la Cámara de Diputados

“Llegamos a este momento histórico como resultado de una enorme movilización popular que se está expresando en todo el país, que lleva décadas, pero que muchos advirtieron a partir del NiUnaMenos. Y esta lucha tiene un objetivo: poner fin a miles de muertes y mutilaciones por aborto clandestino, y por terminar con un instrumento del Estado contra las mayorías populares, que intenta disciplinar y establecer las bases de dominación de una gran parte de la población bajo principios de tutelaje, discriminación jurídica, imposición de roles a las mujeres.


Esta irrupción de la ola verde tiene que ver con romper ese tutelaje de la Iglesia y del Estado. Somos parte de esa lucha por la emancipación de la mujer, de la mano de la lucha contra toda explotación del hombre por el hombre. Desde ese lugar, votaremos por el dictamen de la mayoría en favor de la legalización del aborto.


Control social


El aborto clandestino es una herramienta de control social, como la xenofobia que, de pronto, aparece cuando se trata de echarle, en alguna crisis económica, la culpa de lo que sufrimos a los extranjeros de algunos países -no a los ejecutivos que nos mandan las multinacionales, claro (…)


Este régimen de control social que significa el aborto clandestino es el que tanto se empeñan en mantener intacto los que van a votar contra esta ley. Votan para que queden en pie la muerte de mujeres, las miles de mutilaciones, el negocio de clínicas privadas y todo este régimen de tutelaje del Estado, de la Iglesia y de los gobernadores, que hoy están presionando junto con la Iglesia a los diputados y diputadas para que voten en contra.


No es casual: el sistema de explotación, ajuste, hambre y miseria necesita de esos recursos de disciplinamiento. Por eso, Mario Poli dijo en el Tedeum del 25 de mayo que “toda crisis se atraviesa con una buena dosis de religiosidad”, para ofrecer los recursos de la Iglesia llamando a la resignación contra la explotación a las grandes mayorías populares que tienen que sufrir las consecuencias de sus políticas, especialmente las trabajadoras.


La Iglesia


“Tenemos claro que no alcanza con esta ley para romper con toda esta imposición de la Iglesia católica sobre la vida social. Lo muestra la realidad internacional: es un Estado dentro de un Estado, tienen sus propias reglas. Todos hemos visto la declaración de la clínica Mater Del diciendo que va a infringir leyes, como ya lo viene haciendo, porque se creen impunes.


Hay que legalizar el aborto, sacándolo del Código Penal -porque ya fracasó la penalización-, incluyéndolo como un tema de salud pública junto con la educación sexual que bloquean los mismos sectores (…)


Acá se habla del interior: bueno, hablemos, es de lo más tenemos que hablar. Porque es en las provincias del interior donde más se disciplina, se domina y se somete a la mujer, y se tapa todo con la sacrosanta defensa de la Iglesia y de la familia. Miremos Tucumán, donde prácticamente nos han amenazado que se irían del país porque no cumplirían ninguna legislación si acá aprobamos el aborto legal; allí, antes de ver si atienden a una mujer que llega al hospital desangrándose, se preocupan por ver cómo la judicializan. Vamos a hablar de Salta, que no se había adherido al protocolo nacional; que cumple récords de mujeres hospitalizadas por abortos clandestinos, de niñas violadas obligadas a llevar sus embarazos a término. Vamos a hablar de Mendoza, ¡claro que sí, diputado Ramón, donde tenemos una niña de 10 años obligada a continuar su embarazo porque no se aplica la ley de interrupción legal, ya aprobada por el Código Penal, en el fallo FAL y en el protocolo nacional. [Aplausos] (…)


Hablemos de quién forma los jueces, quién forma los médicos, en las provincias del norte, donde sólo se imparten estas profesiones en la Universidad Católica. Por supuesto, hablemos, porque es de lo que tenemos que liberarnos definitivamente.


Votan contra las mujeres


Aquí hay muchos diputados y diputadas que creen que la banca es de ellos, inclusive violentando el voto de aquellos que los colocaron en este lugar. Es notable: acá ha habido rupturas de bloque, gente que se cambia el nombre del bloque, gente que se abraza a la banca diciendo ‘es mía’. ¿Para qué? ¡Para votar contra las mujeres! Y otros que dicen que están siendo presionados. Los que dicen que están siendo presionados -sea por sus gobernadores, sea por la Iglesia- tienen dos conclusiones que sacar: la primera es que en aquellos lugares donde van a votar en contra de las mujeres, vamos a avanzar claramente las organizaciones como el Partido Obrero, el Frente de Izquierda (…) Y el segundo aspecto es que también la población, los trabajadores, la juventud, miran quiénes son los dirigentes que quieren tener: ¿aquellos que viene una presión y no pueden defender el más mínimo principio? ¡Por favor! Aquí en el Frente de Izquierda y el Partido Obrero tenemos un programa y lo defendemos (…)


Pero hay varios peligros. Se ha incluido la objeción de conciencia; no compartimos ese aspecto. Y quiero alertar que en paralelo se está discutiendo en la ley de Cultos la objeción de conciencia institucional o de ideario, y eso va a condicionar el funcionamiento de la educación, de la salud. Nosotros, que sí luchamos por la educación sexual laica y científica -cuando acá algunos que la obstaculizaron acaban de descubrirla-, venimos de avanzar en la media sanción de una ley que modifica la actual ley de Educación Sexual en la provincia de Buenos Aires (ley del diputado Guillermo Kane, nota de la redacción), para que realmente se pueda aplicar la educación sexual científica y laica.


Movimiento de mujeres


Quiero reivindicar al movimiento de mujeres, y especialmente a la juventud, las chicas y los chicos que están mostrando que quieren una nueva sociedad, donde tengan libertad, educación sexual, anticoncepción. Y por eso reivindico el derecho a la lucha, a las huelgas, a las ocupaciones, a la movilización, porque es el mejor homenaje a la Reforma Universitaria de 1918.


La primera gran revolución socialista de la historia, hace un siglo en Rusia, una de las primeras medidas que tomó fue consagrar el derecho al aborto, el derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo. Reivindicamos ese proceso porque está claro que para ir a fondo en los derechos de las mujeres tenemos que ir a fondo en la lucha por los derechos de los trabajadores y de los explotados, por la emancipación de toda forma de explotación y eso es, en definitiva, la lucha por un gobierno de trabajadores.


¡Anticonceptivos para no abortar, educación sexual para decidir, aborto legal para no morir!”. (Aplausos)