Mujer

4/6/2020

Mendoza: el Ni Una Menos en las calles

Ni el frío ni la lluvia, menos aún la cuarentena, frenaron la acción de lucha que impulsó el Plenario de Trabajadoras en la provincia de Mendoza, junto a otras organizaciones como Juntas y a la Izquierda, la Campaña contra las Violencias y Pan y Rosas, con quienes realizamos una concentración en el km 0 de la ciudad en el 5° aniversario del Ni Una Menos, reclamando la necesidades más urgentes del movimiento de mujeres, en una posición política independiente de los gobiernos nacional y provincial, como de las Iglesias y el FMI. Una acción que expresa que los derechos de las mujeres no están en cuarentena.


Una acción política necesaria


Realizamos la primera acción callejera específica en cuarentena contra la infinidad de violencias que los gobiernos descargan sobre las mujeres y disidencias. La calle es el lugar donde se potenció éste movimiento de lucha y, a pesar de haber sido injustamente calificadas de irresponsables por las organizaciones feministas ligadas al gobierno nacional en las dos asambleas previas del colectivo Ni Una Menos provincial, avanzamos en la misma. Sostenemos que nuestra lucha no puede congelarse porque ninguna demanda ha sido satisfecha. La deuda es con nosotras y no con el FMI, organismo con el que se deben romper las relaciones de sometimiento nacional. Denunciamos que son los gobiernos y las patronales los responsables de poner en riesgo la vida de las mujeres trabajadoras al no responder a los reclamos de las trabajadoras precarizadas de la salud, de las jóvenes repartidoras, de las piqueteras que sostienen los comedores populares, que se expresaron más de una vez en las calles, porque el derecho a protesta no se encuentra suspendido.


Mientras la crisis golpea cada vez más fuerte, y el mismo movimiento de mujeres ha demostrado que la única manera es la acción callejera organizada e independiente, las organizaciones ligadas al gobierno nacional -que prioriza el pago de la usurera deuda externa- nos propone una vía de parálisis y adaptación a un “Estado presente” para negarnos la legalización del aborto con el falso argumento (del presidente) de que la prioridad en su agenda es atender el problema de la comida. Las mujeres piqueteras, que vienen denunciando las demoras en la entrega de los alimentos, saben bien que no es así.


Con tapabocas y distanciamiento social, con los colores verdes, naranjas y violetas, pancartas, banderas y con el entusiasmo de volver a vernos físicamente, luego de varias reuniones virtuales, volvimos al lugar donde al inicio de año se desenvolvió gran parte de la lucha contra la megaminería.


En las redes también estuvimos presentes y se destacaron fuerte las piqueteras del Polo Obrero a través de numerosas fotos y videos por los reclamos propios: subsidio de 30 mil para las desocupadas y precarizadas, por comida para los comedores populares, agua potable y justicia por Ramona, contra la violencia machista y por un verdadero plan de protección frente a los femicidios.


¿Cómo la seguimos?


El movimiento del Ni Una Menos se ha manifestado durante 5 años bajo los gobiernos de Cristina, de Macri y de Alberto Fernández en el 8M pasado -más las acciones desenvueltas sólo por la izquierda en ésta jornada. Necesitamos sacar conclusiones políticas que nos permitan avanzar en la conquista de nuestros reclamos, porque la disputa por el presupuesto para la asistencia integral frente a la violencia de género encuentra cada vez más competidores: los y las capitalistas están disputando los fondos estatales para recomponerse. La salida de la pandemia significará un mayor costo para las trabajadoras y juventudes precarizadas que ya vienen pagando la crisis capitalista, con lo cual reforzar la independencia del movimiento de mujeres respecto de los gobiernos de turno y pelear por la ruptura con el FMI y las Iglesias resulta clave para articular y coordinar acciones de lucha por todas nuestras demandas. Seguimos organizadas.