Mujer

9/5/2020

Mendoza: por la gratuidad de los elementos de higiene y salud femenina

La crisis capitalista acentuada por la pandemia pone en riesgo la cuarentena y el acceso a la salud -en toda su integralidad- al sector más golpeado de la clase trabajadora: las mujeres y la juventud.


Por esto, desde el Plenario de Trabajadoras y las mujeres piqueteras del Polo Obrero reclamamos al gobierno de Rodolfo Suárez la gratuidad de los elementos de higiene y salud femenina. (Recordamos que en campaña electoral prometió bajar los costos de los productos rosa de gestión menstrual asesorado por Mumalá-Libres del sur que forman parte del gobierno de Cambia Mendoza y dirigen la Secretaría de la Mujer y Diversidad de la provincia.)


En un contexto de cuarentena y aislamiento social sin posibilidad de trabajar para millones, con inflación y devaluación imparables, ¿qué cosas de nuestra higiene personal y salud dejamos de consumir las mujeres y las jóvenes en la compra familiar? ¿Cómo afrontan una docente de la provincia o una enfermera precarizada, los gastos femeninos con un salario promedio de $30mil?


Para quienes son sostén de hogar hoy comprar en un supermercado es un padecimiento donde se debe elegir entre un paquete de toallitas o la comida. Para las jóvenes y estudiantes que quedaron desocupadas, y sin acudir a los establecimientos educativos donde podían acudir a la solidaridad, es un lamento más.


Además de engrosar las cifras de los femicidios ante la inexistencia de un plan de protección real ante la violencia de género, también sumamos en las cifras de la precarización laboral en gremios como el de servicio de limpieza y empleadas domésticas, enfermería, docentes, comercio. A pesar del decreto presidencial de prohibición de despidos y suspensiones, somos  las más desocupadas en el mercado laboral.


La canasta femenina bajo cuarentena


Partimos de que el kit de higiene personal ante el Covid-19 ronda los $300.


Un paquete “económico” de toallitas femeninas por 16 unidades, en góndola y al precio actual, va desde $62 a $173,79 dependiendo de la marca y por lo tanto de la calidad. Se debe tener en cuenta la composición femenina de una familia y demás elementos que componen la higiene personal (jabón, desodorante, talco, crema, depilación, etc.). Los tampones, a partir de $125.


Alternativas como las copas menstruales que son de uso personal y presentadas como alternativa ecológica, cuestan a partir de los $500/600 con una durabilidad de 5 años como mínimo y acompañada en sus inicios de protectores diarios (x 20 unidades desde $134,50).  La copita requiere mantener cuidados de higiene durante su uso para evitar infecciones. Si bien es una alternativa ecológica y hasta económica, no son de uso popular y entre los obstáculos para ello deberíamos analizar el contexto social mayoritario: poco tiempo para salud femenina con la sobrecarga de tareas, falta de agua en los barrios del oeste de la propia capital por ejemplo, en zona rural las mujeres no acceden a la salud en su mayoría, el hacinamiento urbano donde varias familias comparten un baño con pozo séptico (falta de obra pública necesaria: cloacas, vivienda, reclamo de tapado de pozos sépticos que los intendentes y gobiernos desconocen) Tenemos que una propuesta de contracultura choca con los límites materiales que los gobiernos del ajuste y el FMI nos impone a la mayoría.


Los productos que hacen a la salud de la mujer en la menstruación, como en la prevención de enfermedades de transmisión sexual y prevención del embarazo no deseado -en un sistema que la oprime en la reproducción y sexualidad-, tienen un gran costo económico. Veamos: una tira de paracetamol o tafirol está en $260, una caja de 3 preservativos ronda los $100, la pastilla de emergencia o del día después $200, los anticonceptivos de venta libre están en $1.200. ¡Ni hablar de los pañales de las crías!, otra tarea social, impuesta a las mujeres. Nada de esto garantizan como “política pública” los gobiernos clericales que prohíben la anticoncepción gratuita, la ESI y el aborto legal y condenan moralmente a las mujeres.


Al llamado oficial a no concurrir a los centros de salud y hospitales ante el Covid-19, se dejaron de proveer anticonceptivos en los efectores sanitarios. 


En el último tiempo, producto de la lucha mundial de las mujeres, se conquistó la gratuidad de estos productos repartiéndose en efectores educativos o sanitarios o farmacias. Escocia  en febrero pasado aprobó su “ley de productos menstruales”. Pero en el país del  primer presidente feminista, fue más rentable crear un Ministerio de las Mujeres con un plantel de funcionarias que cobran dietas y no inciden en absoluto en las “políticas públicas” para mejorar la realidad económica de las mujeres que las ata al círculo de la violencia. Existen numerosos proyectos de ley presentados por legisladoras para exceptuar los llamados “productos rosa” del IVA, o para que sean gratuitos pero las prioridades gubernamentales están en no tocar las grandes fortunas de los empresarios, y atender los reclamos de los fondos buitre y el FMI.


El próximo 28/5 día de acción mundial por el acceso a la salud de las mujeres, levantamos este reclamo a los gobiernos y convocamos a tod@s a sumarse a reforzar esta lucha y campaña.