Una mujer de 24 años, madre de dos niños, murió en el Hospital de Morón producto de un sepsis resultante de un aborto clandestino. Oriunda de La Matanza, la joven llegó con un cuadro infeccioso grave que no pudo ser revertido y terminó con su vida.

Este nuevo caso constituye un femicidio de Estado, consecuencia directa de la política de criminalización que sostienen los gobiernos provincial y nacional.

Se da un contexto que lo hace doblemente grave, a pocos días de que la gobernadora del PRO, María Eugenia Vidal, retrocediera con la aplicación del Protocolo para la Atención de los Abortos no Punibles en la Provincia de Buenos Aires, como resultado directo del lobby de la Iglesia Católica, que impuso su política en materia de aborto por sobre la disposición de la Corte Suprema de Justicia. Los “republicanos” de Cambiemos terminan escondidos debajo de la falda del Papa.

El kirchnerismo aprovechó para hacer campaña, reivindicando las Consejerías de salud sexual implementadas durante la gestión del ex intendente de Morón, Martín Sabattella, y criticar exclusivamente al nuevo jefe comunal del PRO, Ramiro Tagliaferro, y a la gobernadora, por esta muerte.

Vidal y cía. continúan la política de Daniel Scioli y CFK, que jamás pusieron su mayoría parlamentaria al servicio de un derecho fundamental de las mujeres, como es el derecho al aborto. Bajo el gobierno K no se generalizó el fallo FAL como resolución ministerial, de lo que se vale el macrismo ahora para no implementar el protocolo a nivel provincial.

La hipocresía no tiene límites por parte de una corriente política que gobernó los últimos 12 años criminalizando a las mujeres que abortan (Belén, de Tucumán, fue condenada en 2014) y sacrificó en el altar de los acuerdos con el Vaticano el derecho de las mujeres a decidir, consagrando en la reforma del Código Civil y Comercial “la existencia de la persona humana desde la concepción” (Artículo 19).

Fabiana Túñez, presidenta del Consejo Nacional de la Mujer, viene de reconocer ante la CEDAW (organismo contra la Discriminación hacia la Mujer de la ONU) que la principal causa de mortalidad materna en la Argentina es el aborto inseguro. Frente al cuestionamiento, dio un atisbo de respuesta: “es un desafío” (Página 12, 3/11), demostrando una vez más la incapacidad de ese organismo subordinado y funcional al macrismo, de atender las verdaderas demandas del movimiento de mujeres, que de forma multitudinaria marcharon este año por Libertad para Belén y Aborto Legal.

El próximo 25 de noviembre, Día Internacional de Lucha contra la Violencia hacia la Mujer, marchemos a los centros del poder para exigir que los gobiernos respeten el derecho al  Aborto No Punible y establezcan el  aborto legal, seguro y gratuito.

Ni una Menos. El Estado es responsable