La movilización del 8M en Salta fue enorme. En primer lugar por la indignación ante el femicidio de Macarena Blanco, una joven madre que estuvo desaparecida 2 días y fue hallada brutalmente asesinada en un departamento del centro de la ciudad. Se sospecha que sea un caso de trata de personas, ya que el inmueble donde fue hallada, según los vecinos, era un sitio donde se ejercía la prostitución. En segundo lugar, por la enorme participación de las organizaciones sociales y piqueteras.

En el debate previo, los agrupamientos kirchneristas insistieron con su planteo de pasar frente al Juzgado Federal y la Legislatura, como parte de la defensa de la reforma judicial feminista que vienen levantando a nivel nacional para absolver la responsabilidad de los Fernández en los crímenes de las pibas. Obviamente, ninguna crítica leve siquiera, al Ministerio de la Mujer, la gran cortina de humo del gobierno responsable del hambre y la miseria de millones de compañeras, de la represión en Guernica y en los barrios del país.

El Frente Piquetero armó una gran columna independiente que fue a la Central de Policía para denunciar la impunidad que le garantiza el régimen a los agresores, que luego terminan en femicidios, muchos de ellos cometidos por policías, como en el caso de Úrsula.

Al final de la movilización se produjo un desbande que rompió los 2 actos, porque irrumpió en la plaza una columna feminista patoteril, dirigidas por elementos K disfrazadas de radicales, que minutos antes habían llevado su marcha a quemar una figura del Papa delante de la catedral y la figura de un policía frente a la Central.

Terminaron agrediendo a las compañeras del Frente Piquetero y otras organizaciones, con una posición desclasada, en nombre de que en la columna iban “ machos”. Este argumento se demostró una manipulación mentirosa de sectores K mezclados con el feminismo ortodoxo, que denunciaban la presencia de los partidos de izquierda con el clásico “sin política”. Sin embargo golpearon a las compañeras, arrojaron pirotecnia a mujeres con niños en brazos, volaron coches de bebes a patadas, una conducta que devela un desprecio de clase a cientos de compañeras, que marcharon en primer lugar, por sus derechos como trabajadoras y contra el estado de Fernández y Sáenz.

Indudablemente el que rompió la marcha y ambos actos es el Estado, evitando así rendir cuentas de su connivencia con elementos mafiosos, responsables de los femicidios y de la pobreza que tiene entre sus primeras víctimas a las mujeres y a los sectores de la diversidad que marcharon con ellos.

Se fortalece el Polo Obrero

El Polo Obrero logró reunir una columna de 300 compañeres, en su mayoría mujeres y jóvenes, que fueron convocadas con una clara posición independiente de los gobiernos nacional y provincial. Se fueron más convencidos aun de que, cuando decimos que el estado es responsable, es al que tenemos que combatir y derrotar. Con esta convicción vamos por la construcción de una dirección independiente en el movimiento de la Mujer, tal como votó el 4° Plenario Nacional Piquetero en Parque Lezama. Y nos preparamos para ir con todo a la jornada de lucha del 11 y a la del 24, cuando se cumplen 45 años del golpe genocida.

Basta de femicidios, por un Concejo Autónomo de la Mujer electo y revocable. Por una dirección del movimiento de mujeres independiente del Estado. Abajo el ajuste de Fernández, Sáenz y el FMI.