Mujer

5/11/2017

“Necesitamos salir a las calles”


Entrevistamos a una de las organizadoras del Encuentro de Mujeres de Uruguay. Soraya es trabajadora de la salud privada de Uruguay, feminista y fue militante sindical.


 


-¿Cómo surgió tu interés en organizar este EMU y la propia idea del Encuentro?


 


A instancias de las mujeres jóvenes fundamentalmente, se hizo el 1er Encuentro de feminismos y a partir de ahí se dio el puntapié inicial a lo que fue después Ni una Menos,  que lo seguimos llevando adelante, una instancia que viene de las compañeras argentinas, y así se forma el colectivo de Coordinadoras de Feminismos, en el que intervienen distintos colectivos, que intentaba hacer política desde otro lugar.


 


Creo que tanto el movimiento sindical  como los partidos políticos expulsaron a las mujeres y a los jóvenes. Yo no estoy en ningún colectivo específico, en la Coordinadora se puede estar de forma colectiva o individual.


 


-¿Cómo se organizó el 1er Encuentro?


 


Fuimos a Rosario, sacamos 2 ómnibus, a partir de ese proceso autogestivo, horizontal, mujeres que fuimos de partidos políticos, autónomas, independientes, de sindicatos, ese proceso colectivo para organizarnos nos hizo conocernos.


 


A mí particularmente Rosario me partió la cabeza como dicen los jóvenes, cómo logran interactuar partidos, las mujeres de los sindicatos, después tendrán sus problemas, pero lo logran, algo que nosotras acá no lo logramos. En Uruguay hay dificultades para la coordinación, se descoordinó porque el movimiento feminista se institucionalizó, se burocratizó, con mujeres atadas a los sillones del Frente Amplio. Las mujeres que empiezan a romper con eso, las autónomas, que son en su mayoría mujeres universitarias, feministas no cooptadas por las instituciones y las burocracias, también trabajadores, nos organizamos en esto por la necesidad de salir a las calles. Porque en definitiva existe la ley  pero si no estamos en la calle la ley es nada.


 


En las Coordinadoras Feministas, que si bien no organiza el EMU, algunas compañeras empezamos a organizarlo. Algunas en formas colectivas más organizadas dijeron “nosotras no podemos hacerlo solas” y tuvieron la humildad de decir "sabemos que tenemos distintas visiones" y  pedir colaboración, así de alguna manera se fueron sumando mucha cantidad de mujeres, trabajadoras y estudiantes, con una gran capacidad organizativa. Creo que estamos haciendo historia, y creo que en este momento vamos a poder registrarla, el tema es que nadie nos escribe si nosotras no nos escribimos.


 


-¿Cómo llegaste a coordinar el taller de aborto?


 


Las gurisas me preguntaron en qué taller me sentía más cómoda y yo elegí aborto, salud sexual y reproductiva porque en definitiva es lo que hice los últimos 30 años de mi vida. Me hubiera gustado estar también en feminismos, trabajando desde la coordinadora; me hubiera gustado estar en prostitución y trata, que creo que es un tema muy importante porque hay mujeres desaparecidas en Uruguay. Y el tema de prostitución porque la prostitución y la trata están muy unidas, al respecto nos debemos un gran debate las feministas uruguayas, no lo hemos dado pero se va a acercando el momento…


 


-La formulación de ese taller es contradictoria, porque aparece la idea de trabajo sexual y de explotación sexual, aparecen ambas cosas juntas…¿vos te referís a ese debate?


 


Sí, al debate sobre trabajo sexual. Las abolicionistas y las reglamentaristas, de todas maneras en Uruguay la prostitución es legal. No me quiero extender, pero no me cabe ninguna duda de que desde los movimiento feministas vamos a tener que dar ese debate, pero no para contraponerlo, por lo que sé en Argentina vi posturas muy fuertes, viendo las posturas de las compañeras argentinas esperemos que no nos radicalicemos.


 


-¿Cuántas mujeres desaparecidas hay en Uruguay?


 


Desde las Coordinadoras de Feminismos nosotras llevamos una cuenta de las mujeres muertas por violencia, una cuenta diferente, porque nosotras incluimos los feminicidios, que la institucionalidad no tiene en cuenta. Llevamos 26 mujeres muertas en lo que va del año (2017). Hubo un debate, que solo lo dimos algunas, respecto de que la violencia intrafamiliar forme parte de esa cuenta. Hay una ley en el parlamento (NdR: agravante del homicidio por violencia de género, figura penal del feminicidio) que creemos que es una ley más, nosotras queremos saber políticamente qué es el feminicidio. Algunas apuestan, otras no, y algunas no nos interesa. 


 


Logramos visualizar que había bastantes mujeres en lo que se llama acá “ausentes”. Empezamos a notar que mayoritariamente son mujeres y que es territorial. Hicimos una alerta sobre la desaparición de una adolescente, Mili, y así se acerca la familia que pide apoyo y otros casos.


 


-¿Qué expectativas tenés del taller y del propio Encuentro?


 


Lo interesante del taller y que estoy realmente asombrada de ver es que hay mayoría de compañeras argentinas, ¡guau mujeres uruguayas! Y entiendo por qué, porque ustedes están transitando lo que nosotras de otra manera transitamos con respecto a la legalidad, ahora estamos en una etapa de saber qué hacemos con esa legalidad.


 


Del Encuentro, soy muy cuidadosa, se organizan, salen adelante, vamos a ver si participan todas las mujeres que se anotaron, 1700 de Uruguay y 200 de otros lados, participaron realmente.  Para nosotras es un desafío muy grande, nuestra idea era la autogestión, no pedir a partidos, no pedir a gobiernos, para que no nos impregnen, porque ya nos impregnaron, venimos de un proceso de feminismos impregnados.


 


Hace 5 años nos dimos cuenta de que era otro el camino, con todo el respeto a las compañeras que están en los lugares institucionales, entendemos por qué algunas mujeres se comportan como se comportan cuando ocupan ciertos lugares. Y se van al carajo los feminismos, ser feministas es ser antipatriarcal y anticapitalista, revolucionaria, porque en definitiva no es lo mismo una clase que la otra, aunque algunas compañeras no lo compartan.