Mujer

5/6/2017

Ni Una Menos en Tucumán, una convocatoria de lucha

El Estado es responsable


Este 3 de junio, la convocatoria del Ni Una Menos se transformó en una caja de resonancia de las denuncias de las mujeres desaparecidas y de los femicidios. Hace 27 días se encuentra desaparecida Daiana Garnica, una joven de 17 años que salió de su casa para acompañar a un vecino a comprar un regalo y nunca regresó. Las movilizaciones por su aparición con vida reactivaron otros casos como el de Milagros Avellaneda y su bebé Benicio, desaparecidos en octubre del año pasado y de Mariana González, en 2014. 


 


La plaza se llenó también de familiares de numerosas víctimas de femicidio que denunciaron el accionar de la justicia y la falta de refugios y asistencia frente a la violencia. 


 


El reclamo de justicia por Paulina Lebbos y el pedido de juicio oral también fue un reclamo central ya que, a más 11 años del crimen, el accionar del poder político al servicio de la protección a los responsables es una bandera del movimiento popular y de mujeres.  


 


El documento consensuado entre las organizaciones que integran el Ni Una Menos hizo eje en la responsabilidad del Estado ante la creciente violencia social contra las mujeres. Mostró que los femicidios son el último eslabón de una cadena de violencias organizadas desde el Estado y sus instituciones. El bloqueo a los derechos sexuales y reproductivos, al aborto legal, a la educación sexual integral, la participación y/o complicidad del poder político con las redes de trata son una demostración de esta responsabilidad. Sobre esta base, apuntamos a Macri y al gobernador Juan Manzur, que lejos de dar algún tipo de respuesta llevan adelante un ajuste que profundiza la situación de vulnerabilidad de las mujeres. En Tucumán se aprobó, en diciembre del año pasado, una ley de emergencia contra la violencia hacia la mujer sin presupuesto. 


 


Se hizo especial mención a la función de la Iglesia en el ensañamiento contra las mujeres, mostrando su injerencia en la educación, la salud y la justicia. El caso de Belén (joven que estuvo presa luego de sufrir un aborto espontáneo) resume este profundo vínculo con el Estado pero también un reclamo central del movimiento de mujeres en Tucumán como es la adhesión a la Ley de Salud Sexual y Procreación Responsable. A 13 años de su sanción, Tucumán es la única provincia que no adhiere. 


 


El programa que levantamos en este nuevo Ni Una Menos, expresado en el documento,  es reflejo de un debate y avance del movimiento de mujeres en la independencia política del Estado, los gobiernos y la Iglesia. La lucha por la libertad y absolución para Belén aportó conclusiones en esta dirección. En esta perspectiva intervino -e interviene- el Plenario de Trabajadoras. 


 


Mención especial merece la posición divisionista y de provocación del PCR, que sin ningún tipo de debate y delimitación política realizó una convocatoria por separado en el mismo horario. Su accionar responde a la actitud de una burocracia que ha perdido la capacidad de regimentación del movimiento de mujeres. Su desesperación llegó al extremo de realizar una campaña de difamación en las redes y en los medios, afirmando que el gobierno financiaba nuestro acto. También intentaron callar y tapar a Alberto  Lebbos  y la Comisión de Familiares Víctimas de la Impunidad en las marchas que se realizaron por la aparición con vida de Daiana Garnica y las otras mujeres desaparecidas en Tucumán. El giro derechista y su hostilidad a toda expresión de lucha independiente  se ha acentuado en el último período a partir de haber forjado una frente político para las próximas elecciones con un sector del Partido Renovador y otra fuerza dirigido por Mario Koltan, dueño de Boreal, una de las empresas de medicina prepaga más importantes de la provincia, que fue funcionario del gobierno de Alperovich y de CFK, frente que va a llevar como principal candidato a este empresario.


 


En el caso de Libres del Sur, se limitó a pasar por la plaza sin realizar ningún tipo de acto. Ya en el paro internacional de mujeres del 8 de marzo tuvieron esta actitud, atacando la multitudinaria marcha, en consonancia con la campaña que había desatado la iglesia, con el planteo de que se había politizado.


 


Frente a la fuerza que va cobrando el movimiento de mujeres y la clarificación política es fundamental que reforcemos la organización independiente. Desde el Plenario de Trabajadoras vamos impulsar el debate sobre la necesidad de avanzar en la campaña por los  Consejos Autónomos de la Mujer electos por las propias mujeres y con cargos revocables. Tenemos que tomar en nuestras propias manos la solución a nuestras demandas.