El pasado domingo a la tarde, en cercanías a Colonia Caroya, sobre un camino rural a la altura de la ruta Nacional 9, fue encontrado el cuerpo semienterrado de Juana Valdéz. El hecho fue notificado a la Policía Departamental de Colón, que detuvo a la pareja de la víctima, un hombre 35 años, quien se encontraba en Jesús María y no había reportado la desaparición de Juana.

El comisario Rodolfo Mansilla informó a La Nueva Mañana que el presunto femicida fue detenido acusado de “homicidio doblemente calificado, por el vínculo entre ambos y por mediar violencia de género, quedó a disposición de la Justicia, está acusado pero todavía no fue imputado”.

En Córdoba los datos son alarmantes. El incremento de la violencia hacia la mujer, se materializa en las miles de denuncias recibidas. Desde el inicio de la cuarentena, “el ingreso de llamadas a la línea gratuita aumentó más de 4 veces, con un promedio de 300 llamados diarios, llegando a alcanzar 600 en un día” (La voz, 3/7), y en los primeros seis meses de este año ya se habían cometido seis femicidios en la provincia (cinco de los mismos fueron perpetrados por alguien del círculo íntimo de la víctima).

La cuarentena no da tregua a la violencia hacia las mujeres. Los femicidios crecen de la mano de la crisis nacional y provincial y mientras eso ocurre las mujeres y disidencias nos encontramos ante la política encubridora y reproductora del Estado, siendo el sector más vulnerable frente a un ajuste que tiene a las mujeres entre sus principales víctimas. Por eso, Claudia Martínez, ministra de la Mujer, no ha tomado medidas efectivas para enfrentar la violencia contra las mujeres y disidencias.

Exigimos con urgencia un Consejo Autónomo de la Mujer que canalice nuestras demandas. Reclamamos justicia por Juana. Nuestra lucha no se toma descanso. Ni Una Menos.