El 12 de mayo, Paola -estudiante de la secundaria 66 de González Catán- salió de la escuela y no regresó a su casa. Se trata de otra joven desaparecida en el partido de La Matanza.

Ni la intendente, Verónica Magario, ni la gobernadora han hecho nada para frenar las desapariciones y para mejorar las condiciones de vida de las mujeres trabajadoras del municipio y de la provincia. Frente a estos hechos, la policía actúa tardíamente frente a las denuncias y la Justicia coloca a las víctimas como responsables de su situación.

Mientras tanto, en la Legislatura duermen todos los proyectos para tratar el problema y ni siquiera se contestan los pedidos de informes. Las redes de trata tienen el camino libre.

Pero el barrio no se queda quieto. Desde el primer día, el centro de estudiantes, junto a docentes y familiares de Paola, se viene movilizando. El martes 17 centenares de personas cortaron la Ruta 3.

A poco de cumplirse el aniversario de la marcha más masiva de la historia contra los asesinatos de mujeres en la Argentina, las cosas no hay cambiado.

Tenemos el desafío estratégico de intervenir con urgencia de cara a la movilización del 3 de junio, por otro Ni Una Menos, llevando un programa independiente que defienda los derechos de la mujer trabajadora: por centros integrales para la mujer en todas las localidades del distrito, por un consejo autónomo de mujeres con presupuesto propio e independencia política.

Que aparezcan Paola y todas las desaparecidas.

Abajo las redes de trata.

El Estado es responsable.