El Tribunal de la Justicia Santafesina, integrado por los jueces Griselda Strologo, Mariel Minetti y Álvaro Campos, absolvieron por unanimidad a los nueve imputados por la desaparición de Paula Perassi. Entre ellos, el empresario Gabriel Strumia, su esposa y varios policías.

Desde hace 7 años y medio la familia viene exigiendo justicia, junto al enorme movimiento de mujeres que ha tomado como propio el reclamo. El fallo del Tribunal ha sido finalmente una nueva resolución en favor de la ruta de la soja, el delito organizado y la complicidad política, judicial y policial de Santa Fe.

El caso de Paula es solo la punta del iceberg: los puertos privados sobre el Paraná, el negocio de la soja, la trata de personas, el narcotráfico y el entongue policial es lo que está de fondo.

Hoy en la puerta de Tribunales -rodeados por un inusitado despliegue policial- estaban presentes los casos de Facundo y Nahuel, de Dayana Capacio (con la presencia de Hugo, su padre), los familiares de la explosión de calle Salta y la lista sigue. Los familiares reviven una y otra vez las sentencias en defensa del régimen narco sojero que domina la provincia.

Los llantos y el dolor atravesaron a todo el movimiento de mujeres hoy aquí presente, pero también al conjunto de las mujeres trabajadoras de todo el país que enviaban su solidaridad y repudio al fallo.  Debemos sacar las conclusiones de semejante hecho político.

Los femicidios, la violencia doméstica, el aborto clandestino, el conjunto de los flagelos contra la mujer no podemos entenderlos como las causas sino las consecuencias de un régimen podrido. La desaparición forzada de Paula desnuda las enormes complicidades políticas: nadie desaparece a plena luz del día sin dejar ningún rastro si eso no es parte de un entramado que involucra al poder político, es decir al propio Estado.

Este fallo, leído estratégicamente luego de las elecciones del domingo, tiene un firme propósito: defender el “muro del silencio”, que no es más que defender los intereses del negocio de la soja, la droga y el poder político en Santa Fe.

Más que nunca tenemos que salir masivamente a la calle. El movimiento de mujeres tiene que sacar sus conclusiones, no podemos pedirle al Estado por nuestras vidas ni por justicia, porque es él mismo el que imparte la violencia y los flagelos sobre nosotras.

Abajo el fallo nefasto de la impunidad.

Fuera todo el régimen podrido sojero de Santa Fe y todos sus secuaces.

Por la reorganización social sobre nuevas bases sociales donde prevalezca los derechos de los trabajadores, en especial de las mujeres y los niños.

JUSTICIA POR PAULA PERASSI

NI UNA MENOS

EL ESTADO ES RESPONSABLE